Mi Jefe Y Yo

"Hormona..."

Le doy un baño a mi pequeña y peino sus rizos mojados.

—Disfrutaste tu cumpleaños ayer? —Pregunto feliz al recordarla soplar la vela con el número tres.

—Si mami, pero no me diste mi regalo..

—Si te di tu regalo, o acaso no viste el oso que hay en tu habitación?

—Si, pero no digo ese osito... Digo mi hermanito...

Cómo le digo a una criatura tan pequeña aún no tendrá un hermano? O que no lo tengo en mi?

Busco algo rápido para evadir su respuesta.

—Ve abajo con papá, está comenzando a preparar la cena, iré a bañarme y luego bajaré a jugar contigo.

—Esta bien mami, te quiero mucho —Me da un abrazo y baja las escaleras.

Yo preparo un baño de burbujas, y antes de quitarme la ropa interior me veo al espejo. Y tocó mi abdomen. Quizás ya lo estoy y no lo sé.. haría una prueba, pero me siento una cobarde.

Dejo de pensar y me preocupo por relajarme un poco. El aroma a cerezas de la sal de baño se pasea por mi nariz y me meto en la tina.

Pasan unos minutos, mi cuerpo me pesa, y mis párpados no obedecen, se que no me estoy quedando dormida.

Me estoy desmayando.

Narra Maxwell

Sophia cumplió tres años hace unos días, es tan hermosa... Tiene características de ambos.

—Papi.. —Se abraza a mi pierna.

—Que sucede linda?

—De dónde vengo?

—Que?

—Que cómo hicieron tu y mami para que yo estuviera en su pancita...

Esta es la edad cuando comienzan a preguntar...

—Veras linda.. —La siento en la encimera mientras sigo preparando la cena. —Cuando dos personas se quieren mucho mucho, el papá.. —Intento pensar para no sonar como una bestia. —abraza a la mamá y le da una semillita...

—Y que hace con esa semillita?

—Esa semillita se guarda en la pancita de la mamá por nueve meses, y cuando ese tiempo pasa nace un hermoso bebé

—Y le vas a dar otra semillita a mami?

—No lo sé aún, eso no lo sé...

—Y que vas a hacer de cenar?

—Estaba pensando en preparar una sopa

—Ew! Sopa no! No me gusta! —Dice haciendo muecas.

—Y que quieres?

—Chocolate!

—Linda, si comes chocolate luego no vas a dormir, el azúcar eleva mucho la energía en una niña pequeña

—Yo no soy pequeña. Soy una niña muy muy grande! —Dice poniéndose de pie en la mesa y mostrándose.

—De acuerdo niña grande, pero ya siéntate, no quiero que te caigas y te des un golpe —Digo haciendo que se siente de nuevo y dejando un beso en su frente.

—No vas a hacer sopa cierto? —Dice agrandando los ojos.

Con esos ojos consigue comprarme y hacer que me rinda.

—Y que quieres que cocine?

—Amo los spaghettis con salsa, puedes hacerlos? —Pide abrazándose a mi.