Capítulo 12

101 1 0
                                    

*Narra Amy*

 

No recuerdo nada más. Solo sé que a la mañana siguiente, me desperté en una cama que no era la mía, por supuesto, y sin mi vestido. Llevaba una camiseta que me iba bastante grande. El dolor de cabeza era importante, intenté abrir los ojos y solo vi una espalda a mi lado.

 

Me moví para cambiar de posición y esa persona se giró. Me quedé sin aliento. Era James. Genial...

 

- Ho-hola... buenos... días - dijo sorprendido al verme despierta - ¿estás mejor?

 

- No. ¿Qué hago aquí? En tu cama, contigo - busqué mi ropa con la mirada - sin mi ropa.

 

- Ayer llegó Beau contigo. Estabas ya bastante borracha - empezó a explicarme - ya quedaba poca gente así que al cabo de unos minutos nos fuimos. Beau me dijo si podía encargarme de tí, pero fuiste tú la que me siguió a mi cuarto - me miró - y lo de tu ropa... insististe en dormir en ropa interior, el vestido te lo quitaste tú - hizo una mueca parecida a una media sonrisa al recordarlo - Yo te puse la camiseta porque sabía que hoy no te haría mucha gracia verte en sujetador.

 

Me quedé callada.

 

- Entonces, ¿no… hemos…? - no terminé la frase.

 

- Si, antes de irnos a dormir - señaló una mesa - ahí encima - vio mi cara - que no - sonrió - tranquila, no pasó nada, sé que no querrías que sucediera.

 

- Eres imbécil - le miré mal. Fui a levantarme pero lo hice demasiado rápido por lo que me dolió la cabeza y me tuve que sentar de nuevo - Mierda - dije en voz baja.

 

Él se acercó a mí con cuidado.

 

- Si quieres me voy yo, quédate hasta que se te pase - me miró de camino a la puerta - todo - salió y cerró con un poquito de brusquedad haciendo que me retumbara la cabeza.

 

- Imbécil - mascullé y me tumbé.

 

No sabía que hacer, era la primera vez que me pasaba algo así. Intenté levantarme para ir al baño pero claro, no sabía donde estaba. Así que salí de la habitación en busca de uno.

 

*Narra Emma*

 

Me desperté entre sábanas. Intenté mirar dónde estaba pero al abrir los ojos y enfocar me vino un dolor de cabeza espantoso. Resaca, adiviné.

 

Esa cama olía a tío, y no tardé en darme cuenta de que había uno allí mismo, conmigo. No tenía fuerzas para moverme así que no le dí mucha importancia. Preferí centrarme en recordar lo que había pasado la noche anterior. Pero no recordaba mucho.

 

Él si se giró de repente y me miró.

 

Youtube and love succedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora