II

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-I-

Alexander:

- Por eso debo llevar 2 maletas extras Luz, ¿Entiendes? - Dijo Liliana, una chica de tes clara, ojos verdes y una cabellera pelirroja que llegaba por arriba de su cintura, la cual resaltaba sus curvas de locura gracias a que era un poco más pequeña que Luz.

- No, no entiendo y ni quiero entender Lili. - Dijo Luz, una chica de tes mestiza, con una cabellera chocolate y unos ojos avellana, los cuales hacían juego con su personalidad. Su cuerpo no era de los mejores, pero podía asegurar que más de uno le gustaría estar en el lugar de Javier, su novio el cual está sentado al lado de la misma tomándole la mano, sonriendo ampliamente. Javier era un chico de tes clara y una cabellera castaña, la cual hacía contraste con sus ojos cafés, era él mas alto del grupo con un 1.87, desgraciadamente aquél bombonazo está ocupado.

- Sisi, ya guarden silencio. No llevarás bolsas de más Lili, es un viaje escolar, no un hospedaje. - Dijo con su voz ronca que hacía estremecer a cualquiera, este chico me ha llamado la atención repetidas veces, aún qué mantenga una relación de 2 meses con mi amiga Luz, no puedo evitar sonreírle cada vez que me ve.

- ¿Cuál viaje escolar? - Dije totalmente aturdido, no recordaba ese viaje, me era difícil saber todo lo que pasaba en el establecimiento.

- El viaje a las montañas de nieve Alex, el que es en 3 días. - Lo había olvidado, ese viaje es muy importante para el curso ya que lo hacen cada 3 generaciones, es un viaje todo pagado a las montañas, donde tendrás que compartir espacio con alguien más. Estaremos allí al menos 3 semanas, aunque estamos pensando estar allí 1 mes ya que todos, oh bueno la gran mayoría son mayores de edad.

- ¿Ya has encontrado galán bebé? - Dijo Luz posicionándo los codos sobre la mesa mirándome con una sonrisa pícara.

Un golpe en la cabeza me sacó de mis pensamientos, estuve un momento pensando hasta que me digné a voltear, un chico pelirrojo, de ojos grisáceos y con una sonrisa bastante amplía y muy bien cuidada me estaba mirando, en sus mejillas podían verse los hoyuelos provocados por esa hermosa sonrisa. Su mano se posicionó en mi cabeza dejando ver con mayor facilidad su tes mestiza.

- Hola, idiota. ¿Me verás por mucho tiempo? - Dijo con su voz ronca y gruesa, evité decir algo ante su comentario lo que provocó más enojo en aquel chico, el cual solo alborotó mi cabello y se fue en paso lento, tumbando mi almuerzo al suelo. - Adiós, idiota. -

Mis amigos le gritaban cosas que no pude oír, ¿Enserio un chico de tal magnitud me golpeó? Y lo más estúpido ¿Porque no hice nada? Todos los sonidos fueron desapareciendo dejando paso a la razón, levanté mi almuerzo el cual por fortuna venía en una bolsa y dirigí la vista a mis amigos, los cuales se sentaron con rabia, al igual que yo.

- ¿Quién se cree Jackson? Es un estúpido. - Dijo Lili a lo cual yo asentí, pero no le tomé mucha importancia, tal vez solo se habrá equivicado de persona.

- Concuerdo, completo idiota. Aún que el muy tarado sea así, no podemos hacer nada. ¿Te hizo daño cielo? - Esta vez habló Luz, viéndome a los ojos. Sus ojos eran las ventanas al alma, se notaba preocupada.

- Nono, tranquila. Solo fue un pequeño percance. - Maldito Jackson, esta estúpida sonrisa egocéntrica que tiene me hace querer golpearlo.

- Oh bueno, me alegra que no te haya dañado, si no tendríamos que actuar de acuerdo a mis reglas Alex. - Dijo Javier jugueteando con sus dedos, se veía tan bien haciendo eso. Nos miramos por unos segundos, aunque por respeto desvíe la mirada a otro punto des establecimiento.

En timbre interrumpió nuestra paz, dejando paso a un mágico y repentino cansancio de parte de los chicos. Luz y Javier se retiraron del lugar para dirigirse a sus salones, no sin antes de que Luz se despidiera con un beso en la mejilla de nosotros.

- Vamos. - Dijo Lili con desánimo, yo la acompañé en su estado y nos fuimos a un paso calmado, dirigiéndonos a nuestra aula.

- II -

Ella tomó mi mano y nos dirigimos a unos asientos disponibles al fondo del aula, esperando a nuestro profesor Matemáticas. Mientras esperábamos Lili se percató de una presencia indeseada y se dirigía hasta acá. Con sus ojos grisáceos me miró de arriba a abajo, como si yo tuviera algo de su interés, al terminar se sentó al lado mío, dejando cierto espacio entre nosotros para evitar cualquier tipo de contacto.

- Maldita sea.. - Murmuró Lili a lo que yo asentí.

Después de cierto tiempo platicando el profesor llegó a toda prisa, dejando sus útiles en el escritor dónde estaría sentado todo el ciclo escolar.

- Esto estará bueno. - Dijo Jackson al verme, su presencia era castrante pero me hacía estar alerta, a lo cual el se dio cuenta y empezó a romper en carcajadas, su risa era muy pegadiza y armoniosa, pero a la vez burlesca y castrante.

Cada 15 minutos realizaba su juego "Encesta y gana" el cual consistía en aventar papeles arrugados a mi mochila, wow juegazo. No duró mucho, Lili al momento de darse cuenta de ello lo fulminó con la mirada, metiendo cada papel que había aventado a su mochila, cerrándola y aceptándola por ahí. A veces me daba miedo, pero debo admitir que es una muy buena amiga, y siempre te te apoyará pase lo que pase.

- Siguele maldito, y creeme que encontraré otro lugar para meterte tus malditos papeles. -

- ¡Señorita Minier, su lenguaje! - Le gritó a mi compañera la cual estaba más que molesta, pero se limitó a solo sentarse, guardándose todas sus palabras. Creanme que si todas esas palabras fueran como el tequila, su garganta dejaría de funcionar.

Las clases pasaron con normalidad, el castroso Jackson dejó sus bromas estúpidas de lado y se concentró en las clases, no es como sí me sorprendiera pero viniendo de una persona como él no es de esperarse. Dejé de prestarle atención lo cual me ayudó, no se en que momento se acabaron las clases pero me alegró muchísimo.

- III -

Me despedí de todos mis amigos abrazándolos con fuerza, me dirigí a la ruta que siempre tomo para ir a mi casa, la cual era muy pacífica ya que a esta hora normalmente no hay nadie, oh eso creía, el pelirrojo engreído venía siguiéndome a paso lento, lo cual me sorprendió hasta que abrió la maldita boca.

- Idiota. - Me sonrió de oreja a oreja, mostrándome esos castrantres pero lindos hoyuelos. No le respondí por miedo a dar una mala respuesta, así que solo acelere un poco el paso.

- ¡Hey, idiota! - Me habló de nuevo, a lo que yo voltee dejando los ojos como plato, el era más alto que Javier, su musculatura era muy ancha lo que dejaba a la imaginación todo su cuerpo, sus hoyuelos se marcaron más al verme tan indefenso.

De un momento a otro me empujó haciendo que perdiera el equilibrio, pero por suerte no me tropecé, - Quitate imbécil, que voy tarde. - Dijo mientras me sacaba la vuelta y se iba, tomando el mismo camino que yo.

Repetidas veces me preguntaba si lo seguía, yo me mantuve callado todo el recorrido hasta llegar a mi casa y sorpresa, el maldito plirrojo vive en frente mío. Gruñí y entré a mi casa cansado, al abrir la puerta me encontré a mi Nani poniendo la mesa, me acerqué a ella y le dí un pequeño beso en la mejilla.

Ella era como mi madre, me cuidaba desde que tengo memoria. Mis padres murieron en un accidente automovilístico cuando yo tenía 2 años dejándome a su cargo, ella sabe mi orientación sexual y no le molesta, es más le intriga quién será mi futuro príncipe.

- Bebé, ¿Quieres comer ya? - Me dijo mientras sonreía, yo negué con la cabeza.

- Necesito descansar un rato Nani perdoname. - Besé su frente para irme a mi habitación subiendo las escaleras de dos en dos, dejé mi mochila en una esquina de mi habitación totalmente blanca y muy ordenada, me tumbe en mi cama mirando el techo, sin dejar de pensar en la pesadilla de enfrente, esos ojos grisáceos no salían de mi cabeza, terminé durmiendo con esa imagen en mi cabeza.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2019 ⏰

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