GRYFFINDOR
"Repito por si no me habéis escuchado bien: Dónde están mis zapatos?"
Leah llevaba buscando los zapatos de su uniforme desde hacía más de media hora. Comenzaba a ponerse de los nervios y eso no era bueno.
Rebuscó de nuevo debajo de su cama, pero no había ni rastro de ellos. Con un bufido de disconformidad, acabó optando por sentarse en la cama y ponerse a pensar. Miró hacia delante, en dirección al escritorio más cercano a ella, donde una chica con un largo y lacio pelo negro y rostro asiático parecía estar completamente concentrada en escribir algo en su libreta.Esta pareció darse cuenta.
"A mi no me mires, no tengo ni idea de lo que me estás hablando." No la miró en ningún momento. Hizo una pausa para meter la pluma que sostenía dentro del bote de tinta, a escasos centímetros de su libreta. "Además, ni siquiera pertenezco a Gryffindor. No dedico mi tiempo libre a colarme en las habitaciones de los demás."
Leah volvió a bufar, esta vez bastante más agobiada que antes. Continuó mirándola sin pestañear, de manera acusatoria.
"Pues vaya gracia. Ya me dirás tú cómo voy mañana a clase... En bambas?"
La misma chica que estaba sentada en el escritorio, dejó de escribir con un sonoro y largo suspiro. Le lanzó una mirada penetrante, bastante molesta por su actitud.
"Ya te he dicho que yo no he sido. ¿Por qué continúas acusándome? ¿Me ves a mi con cara de ir escondiendo zapatos porqué sí?
Por más que le fastidiara, Leah tuvo que ceder. Lindy tenía razón; Las bromas no eran su predilección. Era demasiado estudiosa y centrada como para esconderle los zapatos por pura diversión. Ella no había podido ser.
Miró el uniforme escolar de su compañera, idéntico al suyo salvo claras diferencias que el Instituto de Magia y Hechicería de Hogwarts marcaba para dividir a sus alumnos en sus correspondientes casas. No eran del mismo color y sus insignias eran diferentes.
El azul brillante y cobre que llevaba Lindy como colores en su corbata y los redobles de su túnica no casaban con los suyos. Miró el broche de su amiga: Un cuervo negro sobre un fondo azul. La casa de los eruditos, los creativos y los que valoran la inteligencia por encima de los demás atributos de una persona.
Se puso a pensar y puso una mueca. No sería algo típico de un Ravenclaw actuar de ese modo. Quizá era un estereotipo, pero la inmensa mayoría de ellos eran gente centrada y no...
Miró su propio uniforme: Rojo escarlata y dorado. Su insignia era la de un león sobre un fondo rojo. Gryffindor: La casa de los valientes, el coraje y la caballerosidad...
Leah rodó los ojos. También la casa de los idiotas.
"Algún Gryffindor ha tenido que robármelos. Estoy segura."