GRYFFINDOR.
Álex llegó al campo de Quidditch, ya vestida con su toga de entrenamiento y lista para darlo todo. Elliot y ella habían diseñado una nueva estrategia para continuar sumando puntos en la Liga de Quidditch de Hogwarts. Su próximo rival era Ravenclaw, quienes tenían al mejor buscador de Hogwarts: Dylan Williams. Así que tenían que darle más caña al juego antes de que ese chico atrapara la snitch dorada.
"¡Bien, escuchadme atentamente!"
Elliot estaba en medio del campo de entrenamiento. Era jueves a última hora de la tarde, ya estaba oscureciendo y ese día lo tenían reservado para el entrenamiento de Gryffindor.
Álex se puso justo a su lado, como sub-capitana. Cabía decir que la relación que mantenía con Elliot en el campo era estrictamente profesional; Podía afirmar que sus ideas y objetivos eran muy parecidos, así que todo iba viento en popa.
Elliot comenzó a explicar la nueva estrategia que utilizarían para el próximo partido y el plan de entrenamiento que seguirían ese día, enfocada en los cazadores. Tanto Álex como él, tenían esa posición titular junto otro chico: Matthew Grahams, un buen amigo del capitán y también suyo.
Las indicaciones del capitán eran claras y concisas. El Quidditch era una de las cosas con las que Elliot no se andaba con tonterías. Álex lo observaba atentamente, escuchando y entendiendo toda la información aunque ya la hubieran debatido antes de llegar al campo, hacía un par de días. El joven Gryffindor podía llegar a ser un imbécil integral, pero sería una estúpida si no admitiera que era un genio del Quidditch; Llevaba 2 años consecutivos ganando la medalla a mejor jugador y el título de mejor cazador más joven en segundo año.
Todos le tenían mucho respeto. Incluida ella. Aunque sólo fuera en el campo.
Un murmullo incesante la obligó a elevar la mirada hacia las gradas, a muchísimos metros de donde estaban reunidos. Un elenco de alumnas no dejaban de comentar sobre los chicos del equipo, en especial, Elliot. No quería escuchar los piropos que le lanzaban, pero era inevitable: "Que guapo es." "¿Has visto cuando se quita la camiseta?" "Es el mejor."
El mencionado acabó de dar las explicaciones, ordenando a sus compañeros alzar el vuelo y comenzar el entrenamiento. Antes de que él mismo se subiera a su escoba, sonrió de lado consciente de la enorme concentración femenina que había formado su presencia en las gradas.
Álex puso una mueca de disgusto. Realmente había sobrado. Quizá era la única chica en Hogwarts que pensaba diferente, pero realmente ese comportamiento le repelía. Chulo, pensó.
Decidió alzar el vuelo para dar comienzo al mini-partido que había organizado su capitán para poner en práctica todo lo explicado. Todos parecieron seguir las órdenes y el plan a la perfección.
El partido se ponía interesante e incluso excitante.
"¡Pásala, Matt!" Vociferó Álex pasando veloz como un rayo por al lado del chico.