[ written in the stars ] // hhj . hjs

written in the stars

Han Jisung sabía que no tenía ninguna clase de compatibilidad con Hwang Hyunjin.

Ambos ya habían tenido un comienzo arisco, negándose completamente al otro, reacios a acercarse. Jisung detestaba la cara bonita de Hwang que creía hasta inútil. Y Hyunjin no soportaba el ego de Han respecto a su trabajo. Solo no podían.

No sabían como había comenzado. Una mirada hostil, una palabra ofensiva, unas lágrimas, unos toques. Ninguno sabía como tolerar al otro, a lo que llegaron al acuerdo de ignorarse. Pasar el tiempo juntos por deber, pero sin tener que mirarse a los rostros si no era necesario.

Jisung estuvo bien con eso. Ignorar a su mayor sonaba a un plan factible y, si el tiempo era amable, aprendería a soportarlo. Pero nunca apreciarlo, pensaría Han, porque la idea de acercarse a Hyunjin no había dejado de disgustarle.

El tiempo pasó, y había sido amable a sus formas. Hilos se ataron y desataron, otras lágrimas fueron derramadas y varios abrazos fueron dados. Vínculos y risas, cada momento compartido guardado con sumo cuidado y cariño. Sus caminos se fueron uniendo y ya resultaba imposible ignorar a una persona con la que se pasaban tantos momentos. Nuevamente, no supieron bien como, pero su posible cercanía ya no resultaba una idea horrible. Hasta llego el punto en el que Jisung llegó a considerar a su compañero de grupo un verdadero amigo, título que solo pudo dar en su vida a unos pocos. 

Ya para entonces el fantasma de su enemistad con Hyunjin resultaba solo eso, un fantasma. Etéreo, aterrador e inexistente. Juntos habían construido un lazo sólido, casi inquebrantable. Acudían al otro en los mejores y peores momentos, acostumbrándose al calor ajeno. Aprendiendo a quererse en sus formas.

Era en momento como ese cuando Jisung se preguntaba que hilos lo habían llevado a querer tanto a su mayor. Como había caído por el chico con cara bonita que conseguía lo que quería. Como había crecido para amar su risa, su cabello, sus lunares, sus labios y sus pequeños ojos. Amar su voz y su cuerpo al bailar. Amar su pasión, su energía, su humor, su entusiasmo y toda su personalidad. Amar sus imperfecciones y errores. Solo amar a todo Hwang Hyunjin.

Aun resultaba un misterio que el tiempo no resolvería en su cabeza. Solo estaba seguro de que, sin importar que tan diferentes fueran, los sentimientos de Jisung por Hyunjin estaban escritos en las estrellas.

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