Había hechizos tan sutiles y tan complejos que requerían de toda su habilidad y concentración. Hechizos para engañar la mente, hechizos para hacer y deshacer el tejido de la realidad, hechizos que eran como jugadas maestras de ajedrez.
Pero de vez en cuando, encontraba a alguien que estaba dispuesto a dejarse hechizar. Y entonces era tan fácil como robarse el corazón de un hombre.
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Hechizos
FantasyPequeña historia para el Concurso de microrrelatos "Maravillas Ocultas".