Al Borde del Abismo

Cap. 11: Dejar a los muertos atrás

Jack

-Los otros...- musitó Natasha por lo bajo y casi corrió a la parte trasera de la camioneta.

Yo la seguí e incluso me adelanté, lo primero que vi fue a todos tratando de abrir las puertas de la parte trasera. Barrí con la mirada a mis acompañantes, la mayoría se veía en buenas condiciones, nadie tenía heridas terribles, se mantendrían de pie por bastante tiempo, de eso estaba seguro. Me acerqué a ver justo cuando la puerta trasera de la camioneta se doblaba como si fuera de cartón y luego salía disparada hacia atrás, Mel era la responsable de esto, yo rápidamente y antes de que cualquiera asomara su cabeza con curiosidad hacia el interior de la camioneta, me paré en la entrada tapándoles la vista.

-Vayan y esperan adelante.- les dije a todos.-Dan, quédate conmigo.- le dije y él asintió.

Vi la mirada de preocupación en las chicas, sobre todo en Jess... era mejor para todos que no se entrometieran en esto. De seguro varios de los niños estaban heridos o incluso muertos, y eso era algo que de seguro a nadie le gustaría ver. Mel pareció entender mis intenciones y se encargó de llevarse a las chicas, ya solo pude quitarme y voltearme para ver como estaba la situación.

-Oh, no...- dijo Dan con un suspiro.

Todos, todos los niños estaban inconscientes, o eso era lo que yo quería pensar. Sus pequeños cuerpecitos se hallaban tirados en el piso de la camioneta, algunos en posiciones no muy cómodas. Tragué duro al ver esto y le di una mirada a Dan, él se encontraba realmente ensimismado en su mente, tenía la vista fija en el interior de la camioneta y apenas parecía respirar.

-No te preocupes, quizás sólo están inconscientes.- le dije.

-Eso lo veremos ahora.-

El muchacho estiró una mano en dirección a los cuerpos y luego cerró los ojos tratando de concentrarse. Segundos después me di cuenta de lo que estaba haciendo, él estaba tratando de comprobar si es que los espíritus de los niños ya se habían separado de sus cuerpos. Sí, era extraño... por culpa de los Videntes me veo obligado a creer en todas esas tonterías místicas, como en fantasmas, tarot y que se yo que más.

-¿Y bien?.- le pregunté cuando volvió en sí.

-Cuatro.- fue lo único que dijo.

-¿Cuatro... qué?.- pregunté, de por sí ya me imaginaba lo peor.

-Cuatro muertos.- dijo en voz baja.

Suspiré resignado y luego gruñí molesto, el accidente no había sido tan terrible y aún así se habían perdido vidas. Dejando de lado ese pensamiento me encargué de sacar a uno de los niños, uno de los que estaban vivos. Dan me ayudó a devolverle la consciencia para poder revisarlo bien, el muchachito no parecía tener mucho daño, sólo un golpe en la cabeza y un nada grave esguince en el tobillo. Cuando hube terminado de revisarle lo mandé a que buscara a las chicas. Luego de ese muchachito revisé a los otros rápidamente, encontrando que la mayoría tenía algo en común, cuatro eran Manipuladores. Lo que me sonó bastante lógico, ya que parte de su instinto de supervivencia hacía que ese control sobre la materia los hubiera mantenido a salvo de golpearse contra las paredes o entre los demás niños. Además una de las niñas era Guerrera, por lo que el daño que había sufrido fue curado a los pocos minutos.

-Bien...- dije cuando dejé ir a la chiquilla.

-¿Qué haremos con los otros?.- preguntó Dan con dificultad.

-Tenemos que dejarlos aquí.- dije con crudeza. Era cierto, no había tiempo para llevarlos... aunque fuera insensible y frío, la verdad era que los cuatro cuerpos serían una carga y un retraso innecesario.