Kyung-soo se había levantado de muy buen humor ya que sabía que tenía que ir a hacer lo que más amaba, enseñar y formar a los jóvenes del futuro, al futuro del país pero toda esa felicidad se vino abajo cuando vio una camisa en el ropero de su mujer, una camisa que no era el ¿y como lo supo? Simple, era muy grande y además tenía un perfume que no era el de el
_ Haeri, ¿de quién es esta camisa?
_ Ah, es de Jihoo, mi hermano..
_ ¿A tu hermano le das besos en el cuello? -dijo Kyung-soo apuntado la marca de labial que había en el cuello de la camisa
_ Kyung-soo mi amor no quiero que peleemos tan temprano, ven y bésame
_ No -dijo el en seco- con esto confirmé todas mis sospechas
_ ¿De qué hablas?
_ Se que me eres infiel, se que esta camisa es de Kai y se que este perfume es de el, mi pregunta es ¿por que?
_ Eso no es verdad.. Kyung-soo mi amor yo te amo
_ Cállate, no me digas que me amas.. sí me amarás no me habrías sido infiel y mucho menos con mi mejor amigo maldita sea.. -Kyung-soo tenía lágrimas acumuladas en sus ojos, no tenía pena, no se sentía triste, tenía rabia de haber sido tan tonto y ciego como para no haberse dado cuenta antes- ¿hace cuánto?
_ ¿Que?
_ ¿Hace cuanto tiempo que me estás viendo la cara de estúpido?
_ Desde.. San Valentín
_ San Valentín -dijo Kyung-soo paseándose por la habitación- basta, ya no puedo seguir así, no puedo soportar más esto, te vas a quedar con esta casa.. mañana iniciaremos los trámites de divorcio
Sin decir algo más Kyung-soo abandonó la casa y estando dentro del auto secó sus lágrimas para irse a la escuela y seguir fingiendo que todo va bien cuando claramente no es así. Tras estacionar el auto sacó las cosas necesarias para la clase que tenía planeada el día de hoy y en el momento que iba subiendo las escaleras una chica chocó con el haciéndole tirar todo. En cuanto Kyung-soo la vio se quedó hipnotizado, sus ojos color avellana y sus abultadas mejillas eran sin duda lo más hermoso que jamás vio en su vida, más tierno le parecía la forma en que ella se disculpaba con el
Ese pequeño encuentro con aquella chica hizo que su mañana mejorara, tanto así que se había olvidado de su esposa. Una vez que el timbre sonó se dio cuenta que aquella chica era del mismo salón al que el debía ir a dar clases y su felicidad aumentó
Intentaba dar clases pero le era imposible teniendo a aquella chica tan centrada en el y en lo que estaba explicando.
_ ¿Entendieron?
_ Yo no entendí
_ ¿Que no entendió señorita Yewon?
