No cierres los ojos... Los monstruos podrían venir a por ti.

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No cierres los ojos... Los monstruos podrían venir a por ti.

22/11/13 POR LA MAÑANA.

—Será divertido —trató de convencerla Shawn Gigleport, su novio, pero ella negó—. Eres demasiado buena e inocente.

—Quieres que violemos la ley —respondió la chica, cruzándose de brazos y negando con la cabeza—. Y no solo eso, sino que además quieres que vayamos a donde la loca de la institutriz de un orfanato de locos asesinaba a niños. Sí. Claro. Perfecto.

—Presuntamente —indicó Peter, y ella le miró mal—. Tienes que ser precisa, Gabby.

—Me da igual si fue presuntamente o si está verificado que fue así —bufó la chica—, no quiero ir, y vosotros tampoco deberíais querer.

—Oh, vamos mi amor —Shawn se acercó lo suficiente como para que su aliento chocara contra los labios de Gabrielle—. No tendrás miedo.

Ella frunció los labios y se cruzó de brazos. Orgullosa y terca. Su personalidad era chocante de vez en cuando, ese era uno de esos momentos, era demasiado orgullosa como para admitir que eso le daba miedo, y demasiado terca como para ceder e ir a esa casa encantada.

—No tengo miedo —dijo.

—Demuéstralo —la retó Caroline.

Desgraciadamente, había una de las dos que sobrepasaba a la otra.

—De acuerdo, iré —dijo, mostrando una decisión que no sentía.

—He oído que hay fantasmas —todos los de la mesa le dedicaron una mirada cansada a Ivy, que acababa de hablar, su mirada se debía a que todo el mundo sabía que en Eppliston Mansion había fantasmas, no había una sola persona que no conociera la leyenda de la institutriz.

Hacía muchos años, Eppliston Mansion había sido un orfanato, y la institutriz, quien se encargaba de la enseñanza de los huérfanos porque no tenían la posibilidad de ir al colegio en el pueblo. La institutriz acabó teniendo el mando del orfanato, y se cuenta, que cada vez que un niño hacía alguna travesura, le llevaba al sótano de la casa y allí le asesinaba. No se sabía la razón, pero se especulaba que la mujer se había vuelto loca, y culpaba a los otros niños de la muerte de su hijo.

Mucha gente había decidido pasar la noche en la mansión, pero que Gabby hubiera oído, nadie se había atrevido a pasar allí la noche del veintidós de noviembre, noche en la que la mujer se había vuelto completamente loca y había ejecutado a todos los niños del hospicio y después se había suicidado. Se decía que todas las noches de veintidós de noviembre, día en el que la institutriz se hacía más fuerte, asesinaba a todo el que pusiera un pie en su casa.

Y ellos estaban planeando pasar allí la noche.

Desde luego, Gabrielle no quería ir, no sentía la confianza suficiente. No era que se creyese esas historias para asustar a los niños, sino que prefería no remover lo que podía haber pasado. Además, no se sentía cómoda rompiendo las normas, siempre había sido una niña buena... Pero era Halloween, nada malo les podía pasar.


22/11/13 POR LA NOCHE.

Era casi medianoche y Gabby se movía nerviosamente, esperando a que llegaran todos, pero no llegaban, y no llegaban, y después de media hora siguieron sin llegar. Decidió enviarle un mensaje a Shawn, y al poco tiempo él la llamó.

—¿Dónde estáis? —demandó, esperando que no la dejaran sola en un sitio tan sombrío durante mucho tiempo.

—¿Dónde estás tú? —se notaba la irritación en el tono de voz de su novio—. Llevamos la vida esperándote.

No cierres los ojos {Halloween 2014} ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora