Maldad.

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La observo fijamente durante horas, se exactamente cada detalle de su vida. Solo estoy esperando el momento perfecto para ir por ella, es mía. Discute con sus padres, dice que los odia, que prefiere morir en lugar de seguir con ellos. Dice tantas cosas llena de resentimientos qué se que esté será mi momento.

La veo salir de su casa, completamente enojada con el mundo. Camina por horas, y yo sigo hay, detrás de ella sin que se dé cuenta. Cruza la calle, totalmente ajena al próximo accidente, donde el auto no tiene frenos, y mueren dos personas. Ambulancias llegan, los bomberos también, pero con solo tocar su pecho le causo un ataque al corazón.
Puede ocurrir en estos accidentes.

Pero ¿Es normal que abra sus ojos, después de estar muerta? No, ya está muerta. Quién revivió fui yo, nadie revive en su propio cuerpo. La mayoría son fantasmas con culpas y cosas por completar, y el otro grupo somos nosotros, demonios con ganas de jugar, con sed de sangre.

Algunos dicen que es mi maldición, que quién viva cerca mío muere de ataques al corazón. Si supieran que realmente tienen la razón, se volverían locos, estarían muertos de miedo al saber que cada ves que di un toque a sus corazones, los podría para que sus cuerpos no lo soportará.

La desgracia de otros atraía mi felicidad, tocar los corazones de los demás era un hobbit, los malos sentimientos me daban energía. De este modo fue que viví por demasiados años, ya no podían considerarme una simple demonio. Cause tanto caos en este mundo, que era superior a un maldito angel.

Explosión Emocional.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora