¿Para que voy a una excursión con mis compañeros? Me pregunte mientras caminaba al lugar, el cual tenia que ir andando. Lo que no sabia, es que esa convivencia iba a ser especial.
Empieza la excursión, todos estamos andando y como siempre, escuchando mis cascos, solo. Me empiezo a cansar y mi clase me empiezan a dejar atras hasta que llegamos a descansar al lugar de la residencia. Es un pueblo pequeño, un detalle importante es que no había cobertura así que no podía ver YouTube para distraerme.
—Bueno, me doy una vuelta por el pueblo. —Dije con una sonrisa falsa para que no se dieran cuenta de la molestia que era estar con ellos. Mientras paseaba me di cuenta que era un pueblo bonito, un poquito antiguo pero eso no me importaba, disfrutaba de la tranquilidad del viento. Saque mi móvil para hacer fotos y así empecé a hacer sesiones de fotos de los lugares, era algo que me entretenía.
De repente me viene un olor distinguido de algo, mi olfato es bastante agudo con los perfumes. Ya que mis compañeros no vinieron a buscarme decidí seguir el olor hasta que llegue a una esquina. Me asome y vi algo que me iba a cambiar la vida. Ese olor provenía de un chico, el cual era alto, además de estar sin camisa, y estaba bastante corpulento.
En ese momento me volví a esconder y mi cabeza estaba dando vueltas, nunca sentí algo como eso. —¿Que me está pasando?— Lo decía mientras me retorcía pensando en ese chico. Y cuando ya me había calmado, mi cabeza me empezó a decir realidades. —¿Piensas que puedes estar con él? No me hagas reír, eres un fracasado. ¿Por que no desapareces ya? Siempre estarás solo —Mis ojos empezaron a ponerse llorosos.
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En ese momento empecé a oír pasos y rápidamente me limpie e intente reincorporarme. El chico, el cual había visto apareció en la esquina y me miro. —Hola, ¿Estas bien? —Me pregunto dándome la mano. —Si, tranquilo. ¿Por que lo preguntas?—Me ayudo a levantarme. —Te vi antes y me pareció verte caerte.—
—Gracias por preocuparte—Le dije mientras me daba la vuelta. —Me debo ir—
—Espera—Me coge de la mano y me ruborizo. —¿Quieres venir a mi casa?—
Me sorprendí al oír esa pregunta y sin querer respondí por instinto.—Vale—
—Perfecto—Me lleva a rastras a su casa mientras pensaba porque dije eso.
Llegamos a su casa, la cual estaba cerca. Al pisarla me di cuenta del olor, olía todo como él y tuve que respirar fuertemente para relajarme. Cuando entro, oigo la puerta cerrarse y note unos brazos agarrarme, y oí un susurro.—Eres mono y—Siento una respiración en mi cuello. —Hueles bien—
