Años

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Respiraba fuerte, el invierno llegaba otra vez.

La mano del blanquecino era fría. Se veía tan mayor ahora y el aún actuaba como el niño de secundaria que se declaró, indeciso, torpe, infantil.

La nieve caía triste.

—YoonGi, amor... ¿quisieras, quieras venir conmigo a casa?
—Claro— escupió
El menor sonrió pequeño y grato.
— Pero, ¿tus padres no se molestarán?
— Claro que no, ellos te adoran.
YoonGi sonrío a medias, sus padres lo odiaban por estar con ese niñato, por besarlo, por poner las manos en sus caderas como si lo amara. Pero la culpa era de sus mismos padres. Sabía que ellos sentían aún más culpa de sí mismos.
Por ellos su hijo se exhibía como un homosexual por todo el pueblo.

Llegaron hasta la pequeña casa, tenía un lindo jardín aunque ahora la nevada probablemente lo extinguiera.
El menor se detuvo y abrió la puerta.
—YoonGi, ¿no vas a pasar?
—Y-yo..., Sí — aunque no lo demostrará odiaba caer en las palabras del menor, odiaba tanto acceder ante él. —¿Y tus padres?
TaeHyung bajo la mirada avergonzado
—N-No están
YoonGi le miró expectante, ¿qué quería decir exactamente con ese sonrojo?
— Tal vez debería irme
—¡No! — le jalo hasta sí. — Quiero, quiero mostrarte algo.
Le tomo la mano, subiendo por las escaleras y hasta su habitación.
Min por supuesto tenía un mal presentimiento.

Al llegar y luego de cerrar se sentaron en la cama, lentamente Tae de acercó a sus labios, completamente avergonzado. Min se dejo besar, pero quería irse. Estaba cerca, muy cerca de terminar con este encanto. No quería, no quería hacer esto.

Mientras el menor recordó las instrucciones de su mejor amigo, JiMin quien le contó absolutamente todo lo que debía saber. Con todo su valor se subió sobre las piernas del mayor. Y este por impulso llevo sus manos a las caderas del menor, subía sus manos por dentro se sus ropas. Su pareja bajo la mirada avergonzado.

—¿Qué pasa? ¿Creí que querías...? — No idiota, di que necesitas irte

— Te amo Min YoonGi

— Yo también te amo TaeHyung— y era algo que no costaba decir

Las mentiras lo hacían flotar, pero jamás había sentido el extasis de decir la verdad. Y no sabía si podría algún día.

En el difumine de la tarde se envolvieron en roses y cuerpos calientes, unidos, entregados. Pero tal vez no era lo deseado.

— ¿Me amas?
— Te amo TaeHyung

El menor estaba acurrucado sobre sí y Min lo único que quería era llorar, se sentía sucio, completamente sucio. Las lágrimas jamás saldrían pero él quería gritar; estaba derrumbado.

Su mirada se perdía entre las paredes de la habitación, diversas fotos, él en la mayoría de ellas.

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⏰ Última actualización: Dec 13, 2019 ⏰

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