Heartwarming smiles, heartbreaking tears #21

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Las lágrimas de Dior siempre habían sido algo desolador, especialmente para Dodo. Dior no solía llorar nunca, eran tan raras las veces que lo hacía que, cuando sucedía, para Dodo era como si fuera un espejismo. Le daba la sensación de que si cerraba los ojos con suficiente fuerza, al volver a abrirlos tendría a la otra mujer mirándola con esa cara de cachorro tan dulce, tan adorable, tan alegre.

Dodo siempre había sido más débil, ella misma lo sabía más que de sobras. No necesitaba ningún recordatorio, no necesitaba a nadie que se lo dijera. Simplemente lo sabía. Por eso, tener a Dior llorando siempre era doloroso dos veces. Doloroso porque Dior estaba triste, y doloroso porque Dodo no podía hacer nada. Tan inútil. 

Solo por ella y nada más que por ella Dodo hubiera querido entender mejor las emociones de la gente, saber qué decir, saber cómo consolar a alguien. En vez de quedarse paralizada en el sitio batallando para no llorar ella también. 

Era en momentos como esos cuando se daba cuenta de lo mucho que quería a Dior. Que no importaba su cariño por las demás, que no importaba esa calidez que sentía por Hyun Ja, que empezaba a sentir por Ho Seok y que en algún momento había sentido por Yeo Joo. No importaba porque no tenía ojos para nadie más, porque era incapaz de tener ojos para nadie más.

Si algún día Dior la dejaba por encontrar a alguien mejor, alguien con quien casarse, con quien tener hijos, alguien que fuera sincera o sincero con sus sentimientos en vez de esconderse en el cinismo y la frialdad, en vez de esconderse en esa indiferencia que mostraba Dodo cada vez que alguien intimaba con Dior, Dodo no sabía qué hacer. Qué iba a ser de su vida si le arrancaban a Dior de su lado de esa manera alguna vez.

Dodo no era una persona celosa, nunca lo había sido. Sino, posiblemente no podría haber aguantado cuando Dior empezó su relación con Yeo Joo. No podría haber aguantado compartir de alguna forma a Dior con el resto de personas que vivían en la casa. No podría haber soportado a alguien interponiéndose entre ellas como Ho Seok, como Sang Ah y Yeo Joo se interponían parcialmente entre ellas. Aun así, aunque no sintiera rabia, ni incomodidad, ni la más mínima inclinación a decirle a Dior que no podía soportar eso, a veces cerraba los ojos y se veía de pie en un altar, siendo la madrina de Dior mientras ella se casaba con otra persona. Había sido un hombre sin cara hasta que Ho Seok apareció, entonces sus miedos se materializaron en él.

Sentía que era lo que tenía que pasar. Pensaba a menudo en lo irracional de sus pensamientos, pero le era difícil hacerle a su subconsciente entender que aquel modo de pensar con el que la habían criado desde que era un bebé, ese que le hacía sentirse menos mujer, ese que le hacía pensar que cualquier relación que pudiera tener una mujer con otra era solo una fase de rebeldía, de curiosidad, antes de sentar la cabeza y casarse con un hombre y tener hijos, era absurdo. 

En parte, más que a su subconsciente, a lo que le habían enseñado que debía ser un matrimonio, una familia; lo que realmente temía era que, en el fondo, incluso sin darse cuenta, Dior sí pensara de esa manera. 

Ellas habían sido una pareja perfecta a ojos de los demás durante muchos años. Lee Min Ji, una niña preciosa que nadie (siquiera la misma Dodo) sabía que era una chica trans; y Chae Hyung Won, un niño precioso que nadie (siquiera la misma Dodo) sabía que era una chica trans. Con catorce años Dodo pensaba en ello y se veía en un futuro vestida de novio en un altar cogida de las manos con una preciosa Dior vestida con un hermoso y carísimo vestido de novia de color blanco. Se veía ya de adulta volviendo a casa de trabajar para encontrarse a Dior en la cocina haciendo la cena con uno de sus hijos en brazos y embarazada del segundo.

Los años (el descubrir que Dior era trans, el descubrir que ella era trans también), habían hecho que esa imagen se mantuviera intacta en su cabeza, solo que ella había dejado de ser el novio para ser una mera espectadora de la boda de su mejor amiga. Y cómo dolía llamarla su mejor amiga en su cabeza (posiblemente por eso siempre insistía en que la mejor amiga de Dior era Yeo Joo, porque no quería verse a sí misma en esa posición, porque quería ser cualquier cosa menos eso), cómo dolía verse desplazada de esa manera aunque fuera solo producto de su caprichoso y cruel subconsciente. Había hecho que se viera cuidando de unos hijos de Dior que no eran suyos mientras Dior besaba a su marido tras que éste volviera de trabajar. La imagen era la misma solo que era ella la que sostenía a los niños, solo que Dior no estaba embarazada porque Dodo ya sabía que eso era biológicamente imposible.

The pretty bunny and his prettier owners » fem!MX x Wonho. MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora