Bebitos en apuros

ARTURO EN APUROS

Hace muuuuuy poquito tiempo encontré esta bellísima novela que apenas está empezando y la verdad es que, el personaje que más me gusta es el de Arturo. Mi reicito se tramita una paliza casi en cada episodio.... Obviamente, no se la dan, es por eso que en éste capítulo me pareció que no hay forma de que se escape, aunque sea en mi imaginación, que ahora estoy compartiendo con ustedes.

El problema que me surge es que me puedan acusar de plagio o de uso indebido de los derechos de autor, por eso (si es que alguien lee este capítulo) por fis, no me delaten.

Basado en el episodio 18* de "Princesas" novela peruana.

P/D: no tiene naaaada que ver con el ABDL.... (aún) 😅😅😅

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Arturo no aprendía más. Realmente, el muchacho parecía querer llevarse el mundo por delante y lo que menos hacía era pararse a recapacitar. Sus acciones lo estaban llevando por un camino donde la única cosa segura sería la cárcel, y esto sólo hacía más que empeorar la relación con su padre. El presidente se sentía superado. Por Dios, su hijo le había sacado la mayoría de las canas que ahora lucía.

Al galán lo único que le importaba era divertirse, salir con mujeres hermosas y pasarla bien. No tenía respeto por su novia, no entendía de responsabilidades y mucho menos de honestidad.

Para suerte suya, su madre siempre estaba allí para tapar todas sus travesuras, y es por eso que el muchacho hacía lo que le viniera en ganas total! su mamá lo iba a salvar. Y en ésta ocasión no fue distinto. La primera dama apenas su marido se marchó, pidió encarecidamente a Regina que hiciera todo lo posible para que el examen de alcoholemia le diera negativo. Y así se hizo, entre sobornos, amenazas y mentiras, el examen salió negativo. Y el reicito logró salirse con la suya y evitar las consecuencias.

Sin embargo, apenas llegaron a la casa, Regina no quiso mantener el secreto. Ella quería que el presidente (Gaspar) y la primera dama (Josefina) y lo que había pasado en el hospital podría suscitar el quiebre del matrimonio presidencial.

-Gaspar, tenemos que hablar. - Dijo apenas entraron al despacho. El hombre dejó de lado su celular. Aún no podía quitarse la culpa del cuerpo por haber desconfiado de su primogénito. Arturo tenía razón. Él jamás confiaba en su niño.

-Dime, Regina. ¿Qué sucede? - Preguntó alarmado por la mirada que la mujer le dio.

-Es sobre lo que sucedió con Arturo. Yo sé que es tu hijo pero...

-Pero qué, Regina? Habla, por favor. - Pidió, poniéndose de pie para acercarse hasta su asesora de confianza.

-Es que... no quiero que vuelvas a pelear con Josefina, pero hay algo que debes saber. - Agregó Regina, poniendo cara de compungida. Incluso era mejor actriz que la primera dama.

-Pues, no entiendo por qué podría enojarme con Jose, pero ya dime lo que tengas que decirme. Claramente, prometo no delatarte si es lo que te preocupa.

-Lo que sucede, Gaspar, es que Josefina me pidió que cambiara los exámenes de tu hijo. Éste es el verdadero resultado. - Explicó, extrayendo de su cartera unos papeles con los resultados reales del examen de alcohol que le habían realizado al muchacho.

Gaspar necesitó unos segundos para procesar las palabras de su colaboradora antes de tomar los resultados. Por Dios! Qué había hecho su esposa?

El hombre leyó pacientemente las líneas de aquella hoja donde resaltaba en rojo el resultado. 1,13 de alcohol en sangre. Su hijo no sólo había estado manejando bebido, sino que había chocado por lo borracho que debió estar. Había puesto en peligro su vida y la de la joven que iba con él, además de la del otro conductor. Encima de todo, el chico lo hizo sentir mal al victimizarse cuando llegaron los resultados falsos. Él hasta le había pedido disculpas que el ingrato difícilmente aceptó. Y su mujer le había seguido el teatro. No, ni ella ni él aprendían. Arturo necesitaba disciplina, consecuencias, responsabilidades. Pero ya casi llegaba a los 28. Sería tarde para poner algo de cordura en ese muchachito irresponsable? Pensaba tomándose la cabeza.