-¿Porque debo llamarte Daddy?
-Porque eso es lo que soy para ti, mi muñeca...
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Está historia no maneja ning...
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-Debes llamarme Daddy - dijo dulcemente aquel hombre alto, de cabello castaño claro y ojos color miel
-No - Respondio con un susurro firme
-No me hagas enojar preciosa, mejor ven aqui antes de que me arrepienta- Dijo extendiendo sus brazos con una sonrisa
-N-no... no quiero -susurro la pequeña algo asustada
Levantandose del suelo lentamente quedo de pie, señalando un lugar junto a el en el piso advirtió -Ven aqui mi amor... no es una pregunta -
-P-por favor... m-me quiero ir...- Dijo con un volumen mas audible y un tono mas desesperado
Sin prestarle mayor atención a su inoportuno comentario repitió...
- Si no vienes tú como una niña obediente, ire por ti... -Dejó de señalar el suelo para cruzarse de bazos
La pequeña se sento de improvisto abrazando sus piernas y llorando descondoladamente, esto no le gustaba. queria irse y volver a casa con sus hermosos gatos y su madre
- Ya tranquila muñeca... ven con Daddy -Decía mientras se acercaba y la acunaba envolviendola entre sus brazos- Shhh... ya... tranquila -Susurraba en un intento de calmar su llanto
