✨•EL LAGO•✨

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Aviso: NO LEMON

✒"El Lago ": ADAPTACIÓN.

Autor: Ray Bradbury.

🌻

🌻

La ola me encerró apartándome del mundo, de los pájaros del cielo, de los niños en la arena, de mi abuelo en la playa. Hubo un momento de silencio verde. Poco después, la ola me devolvió al cielo, a la arena, a los niños que gritaban. Salí del lago y el mundo me esperaba aún, y apenas se había movido entretanto.
Corrí playa arriba.
Mi abuelo me frotó con una toalla.

-Quédate ahí hasta que te seques-dijo.

Me quede quieto, esperando a que el sol me quitara los adornos de agua de los brazos. Los reemplace con carne de gallina.

-Caramba, sopla el viento-dijo mi abuelo-. Ponte el suéter.

-Espera, estoy mirando la carne de gallina-dije.

-Armin-dijo mi abuelo.

Me puse el suerte y observe las olas que subían y caían en la playa. Pero no torpemente. Muy a propósito, con una espesor de verde elegancia. Ni siquiera un borracho se habría derrumbado con la elegancia de las olas.
Era septiembre. Los últimos días, cuando todo empieza ponerse triste, sin ninguna razón. Solo había seis personas en la playa, que paresia tan larga y desierta. Los niños dejaron de jugar, el viento los entristecía de alguna forma.

Los puestos de comida estaban tapados con tablones dorados guardando los olores de dichas comidas. Era como haber encerrado el verano en una serie de ataúdes.
La arena volaba en cortinas sobre los senderos de piedra.
No había otra música que el viento escurriéndose entre las lonas.
Yo estaba allí. Los demas estaban en la escuela. Yo no. Mañana estaría de camino hacia el norte. Cruzando en tren el distrito de Trost. Mi abuelo y yo habíamos venido a la playa a pasar un último y breve momento.
Había algo raro en aquélla soledad y tuve ganas de alejarme, solo.

-Abuelo, con su permiso, quiero ir a caminar un poco por la playa-dije.

-Bien, pero no te entretengas, y no acerques al agua.

Caminé rapido. Podía sentir la arena en mis pies mientras el viento despeinaba mi cabello. Mi abuelo, sentado, se empequeñecía a lo lejos. Pronto solo fue una pequeña mancha a lo lejos. Y yo estuve solo.
Un niño de doce años no está solo a menudo. Hay tanta gente al rededor, aconsejando, explicando..., y un niño tiene que caminar por una playa, aunque esta sea imaginaria, para sentirse en su mundo propio.
De modo que ahora yo estaba realmente solo.
El lago era como un mago. Lo aserraba a uno en dos. Parecía que uno estaba cortado en dos partes. El agua fresca y, de vez en cuando, una ola cae elegantemente como un bordado de encaje.
Dije su nombre. Llamé dos veces.

-¡_____! ¡_____! ¡Oh, ____!

Cuando uno es joven y llama así, espera realmente una respuesta. Piensa cualquier cosa y siente, entonces, que puede ser real. Y, a veces, quizá, uno se equívoca.
Pensé en _______, que nadaba alejándose, en el último mes de mayo, las trenzas (color). Se fue riendo y el sol le iluminaba los hombros menudos de doce años.
Pensé en el agua que se aquietó de pronto, en el bañero que se zambullía, en él grito de la madre de ______ y en ______, que nunca salió...

°˖✧✧˖°Armin Arlert x Lectora °˖✧✧˖°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora