2. El sueño.
Ashley
El doctor está haciendo el primer chequeo del día. Su cara no me dice absolutamente nada, no sé si está preocupado o aliviado porque ve algún progreso. Nada. Detrás de él, mi padre me inspecciona con cuidado, el si que tiene las emociones a la vista. Su cara de preocupación hace que se marque cada pequeña y minúscula arruga de su cara, tiene los ojos algo hinchados y bolsas debajo de ellos. Nunca había visto a Robert de esa manera, no luego de lo de mi madre.
— Bien, parece que está todo igual — el doctor se aleja de mí y comienza a escribir en su libreta.
— ¿Cómo que está todo igual? ¿Cuándo veremos cambios? — la voz asustada de mi padre me hace sentir culpable, lo estoy haciendo pasar por todo esto cuando él me lo advirtió.
— Lo siento, Robert. La llevaremos a una resonancia hoy para volver a ver si encontramos algo, pero no hay mucho que podamos hacer más que esperar. Mi padre se queda en silencio y es todo para que el doctor Moore se despida.
Hace unos tres días me he despertado y aún no he hablado. Mi forma de comunicación es una pizarra y un fibrón. Hice todo mi esfuerzo para poder decir, aunque sea una palabra, pero por alguna razón nada sale de mi boca. Mi movilidad en la pierna izquierda es nula, tengo un yeso en forma de bota que me llega hasta la rodilla que no me deja hacer nada. No quiero ni siquiera hablar de los moretones y cortes en todo el cuerpo, enfatizando en mi labio, nariz y la frente que están cocidos por la profundidad.
— Iré a llamar a Alex, tengo que responder algunos asuntos — Asiento en forma de respuesta, y el deja un beso sobre la herida de mi frente.
Mientras, miro la puerta a la espera de mi amigo y su monólogo del día, donde me contará sobre alguna de sus aventuras de la universidad para intentar hacerme pensar en otra cosa. Estoy seguro que también es su forma ayudarme para que no tema entrar a la universidad el próximo año.
— ¡Ex Vecina! — exclama como forma de saludo.
Su pelo castaño está mucho más corto de lo normal, pero aun mantiene esa actitud de niño bueno que tuvo toda su vida. Sus ojos siguen siendo la envidia de los míos, aunque ahora sin sus gafas redondas gigantes que uso una época en la secundaria. Mi mejor amigo está mucho más apuesto y todo se lo debe a la universidad, y le daré un par de créditos a Jane.
Escribo "¡EX VECINO!" en la pizarra, intentando hacer la letra más prolija del mundo.
— Bien, parece que hoy estás de mejor humor. Aunque deberías bañarte, no puedes seguir dando pena por el hospital.
Le tiro el fibrón por la cabeza con enojo, aunque el lo esquiva con lucidez y me lo vuelve a pasar.
"SABES LO DIFÍCIL QUE FUE BAÑARME, IMBÉCIL" Escribo con una cara enojada al final.
El solo se ríe y se recuesta en el sillón que está a unos pocos metros de mi cama.
Mi padre no escatimó en gastos cuando decidió trasladarme a este hospital para que tenga los mejores cuidados, creo que esta habitación es hasta más grande que la mía.
— ¿Alguna vez te conté de la vez que conocí a la mejor amiga de Jane? — Niego moviendo mi cabeza de un lado al otro. — Bien, ese será nuestro tema del día.
Comienzo con su historia mientras yo intento concentrarme en cada detalle que me cuenta, aunque como era de esperarse para mi, a los minutos mi cabeza empieza a irse por las nubes.
Alex es mi amigo desde que nací, su madre y la mía eran vecinas así que terminaron formando una linda amistad que nos unió. El tiene veintiún años, tres años mayor que yo en este momento, aunque eso nunca nos impidió poder tratarnos como mejores amigos, o es más, como hermanos. Es la persona que estuvo en todo momento, y fue mi hermano mayor cuando necesite que alguien me defendiera de niña.
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A Little More Dark
Teen FictionSegunda parte de "A little more deep" Luego de todos los problemas que Jack y Ashley debieron enfrentar en Castle Combe, nuevos obstáculos se interponen en su vida. El accidente es un antes y un después. ¿Qué pasa cuando el amor no es suficiente? ...