Introducción

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Todo comenzó cuando nos mudamos a México, yo no estaba muy emocionado con la idea, pero mi madre decidió hacerlo por mi bien y por el bien de mi hermano.
Ella se había divoricado de mi padre, un pelado montevideano, bastante carismático, pero por sobre todas las cosas, ALCOHOLICO.
Mi madre tuvo que aguantar muchísimo de él, se casaron 15 años atrás, 1 mes antes de mi nacimiento, todo iba perfecto, eran una pareja felíz, hasta que, obviamente como todas las novelas trágicas, él comenzó a agredirla, primero con algunas acciones tóxicas como no dejarla salir con compañeros de trabajo o a tomar el café con su grupo de amigos. Aunque él había sido muy violento con ella, nunca le había levantado la mano, pero todo empeoró hace 3 años.

Mi madre creyó que con el nacimiento de mi hermano al fin volveríamos a ser una familia felíz y amorosa, pero mi padre comenzo a ser cada vez más violento, hasta le prohibio trabajar, porque como decía él "Tus compañeros se aprovechan de que deben reunirse fuera de hora para chamuyarte."
Mi madre estaba harta, pero decidió soportarlo por mi y por mi hermano, hasta que un día, hace 2 meses atrás, mi padre llegó borracho, cruzó la puerta y vió que en la casa estaba mi madre, tomando el café con Federico, un ex compañero de trabajo y se desacató, comenzó a lanzar insultos, a poner caras de asco hasta que todo se salió de control. Federico le pidió por favor que se calmara, pero mi padre no es un hombre que entienda de razones, como diría él, está "chapado a la antigua" por la educación conservadora que recibió por parte de mi abuela, María de los Ángeles y mi abuelo, José María, bien se notaba en sus nombres que ambos eran católicos ultra cerrados. La cuestión es que cuando mi padre escuchó que Federico le decía que se calmara se enojó muchísimo más, él era un macho, un macho de verdad, no solucionaba las cosas hablando porque "eso era de maricas" tanto que le pegó una piña a Federico justo en el ojo y una cachetada muy fuerte a mamá.
-Para que aprendas a respetarme,Grecia-dijo él justificando su golpe-
-Siempre te respeté Horacio, pero ahora, ahora estoy cansada, ¡cansada de vos y de tus agresiones!-Exclamó mi vieja en un tono bastante autoritario- esto no es un buen ejemplo para Alexander,¡Y mucho menos para Lautaro,que apenas tiene 3 años!, perdón Horacio pero yo me voy, antes de que me vuelvas a pegar.

Afortunadamente, mi madre siempre tuvo el apoyo de sus hermanos, de sus padres y, por supuesto,el mío. Gracias a este apoyo mi madre tuvo la valentía de divorciarse de él, hace 1 mes que están oficialmente divoricados.

Mi madre creyó que mudarnos a México sería una gran opción para nosotros ya que estaríamos lejos de semejante violencia y discriminación, porque obviamente ni mi padre ni su familia podrían aceptar que su hijo fuera bisexual, ya que "estaría desviandose del camino correcto y se iría al infierno."

Nunca me dejó expresarme, cada vez que me veía escribiendo poesía me decía que era basura, que tenía que hacer cosas de machos, como ir al gimnasio, que en realidad yo iba, y la verdad, no es por presumir pero se re notaba.

~Amor distinto en un mundo de supuestos iguales~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora