Me quedé helada mirando su rostro. Tenía una sonrisa en su cara y yo sentía mís pies como gelatina.
- ¿Así que tu me lanzaste eso?-alzó una ceja y me hizo sonrojar, aún no sé tapaba.
- Yo... lo siento.-mire el piso.
-Mirame, jamás quiero que bajes la mirada.
-¡Tapate!-dije nerviosisima.
-Ya, lo haré.
Sé acercó a mí aún sin taparse y tomó la toalla.
-Arruinaste mis hermosos rulos.
Me reí, el colocó la toalla en su cintura.
-¿Hermosos?
-Si, hermosos.-exclame con sarcasmo.
-Así que veniste aquí para verme ducharme.
-Claro, sobre todo a eso.
Me salí de el baño, esa incómoda situación me estaba poniendo la piel Chinita.
-¿Sabes?-me hablo saliendo del baño.
-¿Sí?
-Me encanta tu lunar que tienes en tu mejilla, tienes demasiados en tu rostro.
-Tengo demasiados en todo el cuerpo.
-Me gustaría besar todos, y cada uno de ellos-susurro, cerca de mí.
-H-Harry, mejor vístete ¿si? Te espero afuera.
Rápidamente salí de la habitación, baje los escalones y me senté en el sofá. Mi corazón latía demasiado, sentía que me faltaba el aire. Respire profundo llevando aire a cada rincón de mis pulmones y libere el aire.
- ¿Darianne?-grito Harry desde arriba.
-¿Que pasa?
-Ven, ayúdame.
Subí los escalones y entre a su habitación. Tenía un traje y se estaba acomodando la corbata.
-Soy muy idiota en esto, Darianne. ¿Podrías ayudarme?-dijo con una mueca en la cara.
-Con gusto.
Me acerqué a él y acomode su corbata plata al rededor de su cuello, jale de esta y la acomode. Harry me miraba mientras yo hacía lo que tenía que hacer y reía. Hice el nudo y se lo jale hasta que quedó justo.
-Listo.
Me intente separar de el pero me tenía tomada de la cintura, pegada a él.
-Harry...-susurre nerviosa por su cercanía.
-Shhh, no arruines el momento.-me sonrió.
-Harry, yo...
Entonces sus labios ya estaban en los míos. Se movían tan rítmicamente y suavemente que me hicieron cerrar los ojos y tomarlo del cuello.
Se separó lentamente de mi y junto nuestras frentes.
-Eso no me lo esperaba.
-Ni yo.
Mi celular sonó y rápidamente dezlice mi dedo por la pantalla y contesté.
-¿Bueno?
-¡Darianne!
-¡Jair! Cuanto tiempo, ¿como estas?
-Genial, amor, ¿que ha sido de ti en estos 3 meses?-exclamó mi amigo en la otra línea.
-Genial, igualmente. No me creerás lo que me ha pasado.
-¿Que paso?
-No lo creerias, mi vida.
