Cap 2

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La casa azul con la puerta roja.

Martina
El sonido de la lluvia recorría las calles que iban de bajada en el parque, los carros llevaban sus faros prendidos al máximo, el cielo se había tornado de un azul obscuro con tonos grisáceos y el frío se sentía hasta los huesos. Mis botas contra lluvia y mi impermeable no evitaron que terminara empapada llevaba más de 10 minutos tratando de comprender que era lo que acaba de leer. Quería reunir todas la piezas del rompecabezas y encontrar una solución, siempre había sido muy buena para solucionar problemas matematicos y mis amigos se encargaban de recordármelo cada parcial pero este tipo de problema era diferente, en el calculo se manipulan números, se inventan y para cada problema establecido tenía una manera de resolverse pero esto no era igual, en este problema estaba en juego la vida de Emilia, de mi mejor amiga y si alguien era cercana a Emilia sabía perfectamente que ella no era manipulable como las variables y que independientemente del problema no existía una forma de resolverlo, no había un libro que me dijera cómo la podía ayudar. Estos son problemas de la vida real, Emilia era real y los problemas en los que se había metido también eran reales, por un momento me sofoque y mi cabeza dio mil vueltas, me recargue en el columpio que estaba a mi lado, no podía enloquecer no ahora que Emilia no estaba por que por más que me costara admitirlo ella es mi balance siempre mantenía mis pies en la tierra y yo la ayudaba a despegar los suyos. Me dolía todo, pero sobre todo el corazón por que no sabía donde se encontraba la que con el paso del tiempo se había convertido en mi hermana. No había notado que estaba llorando hasta que sentí una gotas tibias en mi cara, en mis manos aun tenía la carta y después de un fuerte suspiro decidí que era suficiente, Emilia no es estupida, sin importar la circunstancia ella siempre encontraba la salida, siempre por más hundida que Emilia estuviera en sus problemas siempre salía adelante con una sonrisa, es del tipo de persona que antepone su vida por la de los demás y a pesar de las perezas siempre estaría dispuesta a ayudar. Así que tome la carta y la guarde en el impermeable, con la inspiración que me traía el recuerdo de mi mejor amiga camine a su casa no quedaba lejos del parque eran unas cuatro cuadras hacia arriba.

Truenos y relámpagos se veían y escuchaban mientras caminaba y a pesar del clima tan helado, lo que me eriza la piel era que desconocía el paradero de Emilia, había tomado la decisión de no lamentarme, no lloraría la desaparición de mi amiga sin antes haber hecho hasta lo imposible por encontrarla, tomaría acción y trataría de ayudarla a pesar de que me pidió escrita mente no hacerlo. Una vez entrando en el vecindario pude identificar la tan familiar casa y como no hacerlo si era la única que resaltaba mientras que las demás casas tenían estilos monótonos y sus colores eran opacos, la casa de los Gress resaltaba de las demás por el precioso azul marino que la decoraba era una casa grande de dos pisos aunque los únicos habitantes de este hermoso hogar eran la pequeña Emilia y su madre, la casa nunca se sentía sola y a pesar su hermano mayor Patricio había decidió partir del nido y huir a su universidad lo cual hacía por ganar un sentido de independencia por que era evidentemente que la casa daba espacio para 6 personas sin problema alguno. Llego a la puerta roja que presentaba con números grandes el 201, los Gress siempre tuvieron un sentido del diseño enriquecedor por lo tanto la monotonía no encaja con ellos y menos con la matriarca de la familia, la señora Marisol Gress una señora pequeña con pelo castaño largo y hermosos ojos verdes los cuales Emilia siempre reclamaba, Marisol se caracterizaba por ser una gran artista y de ahí su sentido del diseño, ella era una reconocida escultora y diseñadora en su tiempo,cuando al fin pudo conseguir el trabajo de sus sueños descubrió que estaba esperando a Emilia y decidió que a pesar de que el diseño era algo importante para ella ser madre lo significa todo y ya que su embarazo era de alto riesgo no lo dudo ni un segundo en dejar su trabajo para ser madre. A pesar de que la señora Gress ya era madre no era lo mismo, Patricio había sido adoptado y a pesar de que no hubiera un lazo de sangre que los conectara ella lo amaba igual que a Emilia y el amaba a su hermana, cuando su madre le dio la noticia de que Emi estaba en camino no dejo de sonreír y desde el día uno hasta sus ahora 17 años Patricio cuidaba de ella como si fuera de cristal. Toda esta historia familiar me conmovía y remordía la consciencia por que sabía lo que Emilia significaba para Marisol y Patricio pero no podía decir nada, no aun, tenía que averiguar algo antes de delatar a mi amiga por que recordaba lo que ella me había pedido.

Toque la puerta y por obra de Dios nadie se encontraba en casa, debajo de la llamativa puerta roja había un tapete pintado con las manos de los descendientes Gress y debajo de este había una llave de la casa, sabía perfectamente que la familia podría ser un genio en el tema el estilo y diseño pero la treta creativa era olvidadiza a morir y tenían llaves de repuesto por todo la extensión del hogar.

La casa olía a menta y recordé como siempre Emilia dejaba sus infusores aromáticos prendidos y como Bruno y yo la molestábamos siempre por ser tan quisquillosa. Después de asegurarme de que la planta baja estuviera en orden seguí mi camino a las escaleras las cuales estaban cubiertas por las pinturas de Emilia y los poemas de Patricio, una vez dentro de este pude notar que las paredes blancas que eran decoradas por los distintos dibujos a lápiz , el edredón azul esponjoso que la madre de Emi había confeccionado, los peluches de personajes de Disney que yacían en su cama estaban intactos, el closet estaba lleno de ropa y bolsas y sus paliacates estaban alineados no faltaba nada y su cuarto aún olía a ella.

Salí de ahí y fui al "taller", el taller el cual inicialmente era de su mamá, era el lugar favorito de Emi, ahí pasaba la mayoría de su tiempo y muy pocas personas podían entrar en el, solo la gente más especial para ella lograban pasar por que todo su arte estaba ahí, sus esculturas, pinturas, todo estaba ahí. Al principio de nuestra amistad Emi me tenía prohibido entrar con los años me gane el privilegio de estar dentro y me maravillé, había mariposas esculpidas en todas partes y en las paredes había murales y había toneladas de botes de pintura y lienzos, montonales de pinceles y por supuesto el atractivo visual una pared que estaba cubierta por un ventanal el cual dejaba entrar desde la liz más radiante hasta la más profunda noche. Pero algo andaba mal no había rastros de bocetos nuevos y olía a pintura fresca y el cuaderno favorito de dibujo de Emilia no estaba.

Trate enfocarme en lo que estaba buscando y después de mover la mayoría de las cosas por todo el taller, hasta que bingo, no pude evitar sonreír, la laptop de Emilia se asomaba por debajo del sillón turquesa, la prendí sabía que Emilia siempre vinculaba todo y con un poco de suerte encontraría su teléfono y la buscaría.
El brillante sistema solar que adornaba el fondo de la pantalla de inicio me hizo enternecer, ingrese la misma contraseña que Emilia tanto reutilizaba y entre a buscar dispositivos, dure más de 10 minutos buscando y mis expectativas de detective lentamente iban muriendo, cuando estaba decidida a apagar todo e informar a la familia Gress, apareció el teléfono, la ubicación me resultaba familiar y estaba solo a 30 minutos. Mi cerebro está al mil por hora mientras trataba de idear un plan todo regreso a mi de golpe, Emilia y yo ya habíamos estado es ese lugar, y la experiencia no fue nada grabable, los recuerdos y el miedo recogieron mi espina dorsal cuando los flasheasos iban y venían a mi.

Era la casa donde Emilia y yo habíamos sido atacadas.

El jardín de los secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora