Púrpura en Re menor - Ilustrada

Ausencia

Tras una hora de viaje por la ciudad prácticamente cruzándola de punta a punta Marcos arribaba a su casa, en la puerta estaba su madre acariciando la cabeza de Leo el gato que le habían regalado sus padres por su cumpleaños, lo bautizó así por el gran Leonardo Davinci uno de sus héroes históricos

—¿Cómo estuvo el colegio hijo? —preguntó la madre de Marcos en medio de un notable agotamiento

—Estuvo muy bien mamá

—Qué bueno marquitos, en la sala esta su papá le tiene una sorpresa mijo

Marcos cruzó la puerta mientras lo seguía Leo contento de verlo de nuevo en casa, en efecto su padre se encontraba en el sofá con lo que parecía una caja de cartón vieja sobre las piernas

—Mijo, hoy mientras repartía paquetes me encontré con esta caja que una señora dejo tirada para que la basura se la llevara, me dio curiosidad y miré dentro y vea lo que esa señora estaba por tirar

Marcos se acercó a su padre y le recibió la caja, abriéndola encontrando decenas de libros, revistas y comics que parecían casi nuevos, entusiasmado empezó a sacarlos de la caja encontrando libros de química, anatomía, física, revistas de divulgación científica, de tecnología y comics de Batman, la liga de la justicia, Spiderman, tesoros sin duda alguna

—Muchas gracias papá

—Sé que no se las compre yo mijo, pero pensé que seguro le gustarían, luego cuando tenga un poquito de plata lo invito a la librería para que pueda escoger algo nuevo y de su gusto —exclamó el padre de Marcos mientras se levantaba y se retiraba a la cama

La campana de nuevo anunciaba el recreo y Marcos llevaba bajo su brazo derecho los comics que su padre le había regalado, quería mostrárselos a Paula quizás le regalase el de Spiderman, Paula amaba a Peter Parker, era su crush como ella decía, pero pasaron algunos minutos y la chica de rizos achocolatados no salía, era extraño, ella nunca se retrasaba para salir a descanso, Marcos se quedó esperándola pero nunca llegó, de regreso en el salón de clases no podía dejar de pensar en ella, en todo el tiempo que llevaba allí Paula no se había ausentado jamás, quizás se sintió enferma y por eso no vino pensó marcos.

En el receso del día siguiente tampoco Paula apareció al igual que el resto de la semana, lo que ya le resultaba un poco preocupante a Marcos, saliendo del patio se acercó a la oficina del coordinador de todos los cursos y preguntó por ella

—Marcos, Paula no volverá al colegio en un tiempo al parecer sufrió un accidente

—Necesito su dirección señor coordinador

—Lo siento, pero eso es información que no se le puede dar a nadie, debes entender

—Es mi amiga señor, necesito saber cómo esta, verla por favor, es importante para mi

El coordinador al ver la preocupación tan notoria del chico no pudo negarse, era después de todo el mejor alumno del colegio

—Está bien anótala

—No necesito anotarla puedo memorizarla sin problema

—De acuerdo, a ver... aquí esta... Paula Morales... Boulevard 55, Casa 36, Campos de Alejandría

—Muchas gracias —respondió Marcos saliendo como un rayo de la oficina