Perdón por la tardanza, estuve teniendo muchos problemas de ansiedad lo cual me impedía poder escribir con claridad pero estoy mejor ✨❤ gracias por la paciencia. El del gif es Rellian. Leo sus opiniones de este capítulo ❤
✨✨✨
Marissa Mervey alzo la jarra de vidrio repleto de agua, vertiendo un poco del contenido en un vaso transparente. Miro el desolado descampado a través de la ventana de la cocina, sus ojos cansados parpadean con pesadez. Habían círculos oscuros que opacan su mirada que no se había logrado iluminar en años.
-Deberías ir a descansar, yo puedo lavar los platos por la mañana.
Su esposo, un hombre algunos años mayor que Marissa pero que según el testimonio de muchas personas no aparentaba su edad, se acerco a ella con delicadeza. La observo paciente, mirando su reacción. En los últimos años, debido a su trauma Marissa Mervey era una persona que se había fortalecido por su propio dolor. A pesar de eso, aveces fallaba.
Su mas reciente esposo notaba como aveces permanecía con la mirada mas perdida de lo usual, probablemente recordando como había cambiado su vida en los últimos años.
-Tomare un poco de té y cerrare el granero, voy en un momento -respondió con suavidad.
El asintió con comprensión dirigiéndose a pasos lentos a la habitación compartida. Marissa suspiro, poniéndose el pesado abrigo sobre sus hombros y saliendo de la casa.
La noche era fría, no era algo poco común de ver en Sparrow. Pero la primera señal extraña que se habia presentado era que la luz del granero estaba apagada, eso no sucedía hasta que Marissa o su marido lo hacian por la noche. Su esposo no se había acercado al granero en todo el día, tal vez hubo un pequeño corte de luz.
Marissa apresuro sus pasos. Lo primero que hizo cuando entro al granero, fue buscar el interruptor con sus manos. Apretó el pequeño botón, pero el lugar permaneció igual de oscuro. Frunció el ceño, lo único que le permitía ver era la luz del farol que había afuera. Lo cual no era mucho, podia ver la mirada de los caballos.
Pero había un pequeño relincho, que Marissa identifico al instante, era de Spark. El caballo de Madison, de su amada hija. El nunca había vuelto a ser el mismo luego de mucho tiempo, pero nunca había estado tan ruidoso como en ese momento.
-¿Spark? Todo esta bien, chico.
Con las manos en el aire, tanteando las cosas que habían en el mueble alado de la puerta. Sus manos hicieron caer muchos objetos al suelo antes de finalmente encontrar la linterna. Apretó el interruptor, una débil iluminación emergió de la pequeña linterna. En ese momento se escucharon pequeños golpes contra el suelo, Spark emitió un fuerte ruido.
Marissa en ese momento supo que no estaba completamente sola.
-¿Quien esta ahi?
Sabía que no podia ser algun ladrón, no podían encontrar nada con un gran valor en el granero.No hubo respuesta, fue en ese momento en donde Marissa levanto lentamente la linterna, recorrió a los caballos hasta que llego el turno de Spark.
El no estaba solo, la boca de Marissa se abrió mientras sus ojos se aguaron. Había una chica frente a Spark, acariciando su rostro. Ella era de estatura media, tenia una larga falda y su cabello estaba atado con una cinta. Era Madison.
Marissa comenzó a temblar, viendo el perfil de su hija. Creyó por un momento que era todo parte de su imaginación, que su hija realmente no estaba ahí. Era imposible. Los medicamentos le estaban jugando una mala pasada.
-Mama.
Ella continuo acariciando a Spark, Marissa gracias a su estado de shock no podia hacer otra cosa mas que observar. La ropa de Madison era la misma que tenia cuando la vio por última vez, estaba sucia y repleta de tierra. Su blusa blanca estaba manchada con un liquido oscuro, casi negro. Acariciaba al caballo con tanta lentitud que lograba incomodar a Marissa.
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Family Ties© GM ²
Mystery / Thriller«Bienvenido, el juego nunca se termina» Libro número dos de Gemelos Malditos