Capítulo I: Partido en dos.

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- Era de noche en el condado de Beacon. La niebla envolvía suavemente la tierra y las casas. El sheriff junto con sus compañeros de trabajo buscaban en el bosque a una joven desaparecida hace pocos días. Sólo encontraron medio cuerpo, le faltaba la parte superior y tenía algunos órganos esparcidos cerca de el. Buscaron durante la noche, la otra mitad, pero no pudieron encontrarla.

Scott estaba acabando de hacer los últimos ejercicios del entrenamiento y se pensaba acostar temprano para el entrenamiento de lacrosse. Era un joven de pelo oscuro, ojos marrones y piel morena. El único problema era su asma. Se estaba lavando los dientes cuando empezó a oir el crujir de las tejas de su casa. Sabía que alguien venía. Se acercó a la habitación, cogió el bate de béisbol, se acercó a un lado de la ventana y nada más abrirse la ventana y dispuesto a darle un golpe seco en la cabeza...

Stiles - ¡Scott!, ¡Scott, para! ¡Soy Stiles!

Scott - ¡Stiles, maldito enano! ¿Que haces entrando por la venta?

Stiles - Si me hubieras cogido el móvil, o me hubieses abierto la puerta... Bueno, a lo que vengo, mi padre esta en el bosque. Al parecer una chica que desapareció la han encontrado allí.

Scott - De acuerdo, un asesinato. Si tu padre está allí, ya habrán precintado la zona ¿no?

Stiles - Ahora viene lo mejor... ¡Sólo tienen la mitad!

- Stiles convenció a Scott, al fin y al cabo, era Scott quien decía que quería hacer algo diferente. Su compañero, Stiles, es el mejor amigo de Scott (podría decirse que eran hermanos). Él tenía el pelo corto y castaño, pero no se apreciaba. Sus ojos pardos reflejaban a una persona tierna, aunque a veces pícara.

Cogieron el Jeep y se dirigieron al bosque.

Scott - Tio... Deberíamos volver, mañana tengo lo de lacrosse y encima nos podemos meter en un lío si nos encontramos con tu padre. Además, ¿y si todavía esta el asesino aquí?

Stiles - Eh... Pues eso... No lo pensé.

- A los pocos pasos, se encontraron con el sheriff. A Scott le dio tiempo de esconderse tras un árbol e intentaba suavizar la respiración, cosa que le costaba con el asma, pero Stiles no pudo tener la misma suerte: tropezó por el susto que le produjo el perro que llevaban para rastrear donde podría estar la otra mitad del cuerpo de la joven.

Sheriff - ¿Se puede saber que diablos haces aquí, Stiles?

Stiles - Nada, nada. Tan sólo pasaba con el coche y oí follón aquí.

Sheriff - ¿Y tu amigo Scott no ha venido?

Stiles - No, tan sólo estoy yo papá, de verdad sólo he venido yo.

Sheriff - Vamos al coche, es tarde y va a empezar a llover. Y en cuanto a ti, no te quiero ver metiendo la oreja en mis archivos ni en mis casos ¿de acuerdo?

- Dejaron la investigación por ahora y sé fueron con Stiles a casa. Scott volvió en dirección al Jeep de Stiles.

Por el camino, el silencio resonaba con fuerza, la oscuridad se mezclaba con la espesa niebla y con los árboles siniestros que zarandeaban sus hojas de lado a lado. Empezó a llover, primero una lluvia fina que le hizo a Scott ir con la capucha de su sudadera.

De repente, un trueno, que iluminó la oscuridad durante centésimas de segundo. Fué como un disparo. Los ciervos escondidos salieron en dirección a Scott, que cayó al suelo. Los ciervos pasaban por encima, cada uno que pasaba era como una bala en el juego de la ruleta rusa. Varias veces se apretó el gatillo, pero no le aplastó ningún ciervo. Lo único que perdió fué su inhalador. Recuperó la postura y empezó a buscarlo, apartaba las hojas caídas e iluminaba con la pantalla de su móvil el suelo ennegrecido, hasta que se encontró con la mitad de la joven que buscaban.

Beacon Hills: Sterek. [ESP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora