Capítulo 2

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•A B E L•

Despertar en medio de escombros era de esperarse, estoy rodeado de basura, el olor que emana mi cuerpo y todo este lugar es tan desagradable. Me siento tan expuesto, tan humillado y tan adolorido, solo me tendré que acostumbrar a esta nueva vida: en miseria.

Me levanto de ahí y empiezo a explorar la zona, me doy cuenta que estoy rodeado de basura, metal y escombros, creo que los angeles no pudieron haber elegido mejor lugar que este, es una mierda.

Mientras camino el extraño lugar escucho voces cerca de mi así que lo único que puedo hacer es esconderme detrás de un gran pedazo de metal.

—Creí haber visto algo irregular por aquí, tenía ganas de asesinar a alguien —habló uno de los hombres con voz desafiante.

—Tu siempre tan gracioso Noah, eres un imbécil, yo debería acabar contigo aquí mismo pero no lo hago porque...—justo en ese momento antes de que el hombre terminara de hablar tropecé y caí a un costado quedando a la vista de los dos tipos que tenía justo al frente de mi.

—Pero que sorpresa creo que sí tendré a alguien a quien asesinar—pude ver la sonrisa que se le formaba en la comisura de sus labios.

Los dos tipos de acercaban a mí y para defenderme lo único que pude hacer fue agarrar un pedazo de metal y golpear a uno de ellos hasta que cayó inconsciente.

El otro saco un arma de su bolsillo pero justo antes de que se preparará para disparar me adelante y clave un trozo de metal justo en su corazón dejando que cayera de rodillas.

Lo tomé del pelo y lo golpee hasta asegurarme de que estuviera totalmente muerto.

La adrenalina que sentí al acabar con la vida de ese tipo fue inmensa y nunca imaginé que podría llegar a matar a alguien menos de esta forma, ya no estaba en el cielo, era un demonio en la tierra y tenia que actuar como uno.

Tomé el arma con mis manos ensangrentadas y caminé seguí explorando la zona hasta ver lo que parecía ser un taller.

Me acerqué a una de las ventanas cuidadosamente y había un grupo de hombres con armas que luego salieron de ahí subiéndose a una gran camioneta.

Me escondí mientas el carro se marchaba y me volví a asomar y se encontraban dos tipos con el que parecía ser el "jefe" o algo así había escuchado.

Me acerqué a la puerta y caminé hasta donde estaban ellos. Hasta que el que parecía ser el jefe de volteó y me vio.

—Quien eres tú? Y porque te acercaste así a mí territorio—dijo el "jefe" acercándose a mí junto con otros dos más.

—Soy Abel, un angel, o bueno eso creía—respondí acercándome también a ellos de la misma forma.

—Un "angel"—empezaron a reir—pues angelito déjame decirte que hoy vas a morir.

Justo antes de que me disparará me adelante y le dispare justo en su frente los otros dos se espantaron y trataron de ayudar a su jefe pero yo los golpee hasta dejar a uno de ellos inconsciente.

—Resulta ser que eres un angel, pero un angel nunca llegaría a hacer eso—dijo el último de los tipos que quedaba vivo aterrado.

—Era un angel, pero ya no lo soy, me gustan otras cosas, pero vamos al grano, cuéntame quién era este tal jefe y como se llamaba—dije tomando del cuello al tipo y empujándolo a la pared.

—primero sueltame y por favor no me asesines—murmuro y lo solté—,pues el jefe era Damián, uno de los hombres más peligrosos del país, es dueño de este taller y de una pandilla a la cual pertenezco, somos traficantes de drogas y asesinos, matamos a personas importantes y nos quedamos con todo su dinero...

—Pues perfecto, dile a todos tus "amiguitos" que tú jefe murió, pero que tienen uno nuevo, y soy yo. No me llames Abel, ni "Jefe", desde ahora seré el nuevo Damián —anuncie al tipo mientras lo veía fijamente—, y tráeme algo de ropa, que no quiero darles la bienvenida a mis nuevos amigos desnudo.

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Todo comenzará a arder

Después De Lucifer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora