•A A R O N•Nuestros besos estaban llenos de lujuria y pasión. Sus labios con sabor a menta mezclados con cerveza.
Sus manos ágiles se enredaban poco a poco en mi piel.
El alcohol y la locura tomaban el control de mi mente, mi corazón latía desenfrenadamente, la habitación estaba oscura pero entraba la luz de la luna haciendo que lograra ver el rostro de Damián con esa mirada tan profunda y tenebrosa.
Que me gustaba.
—Por favor no me digas tú nombre—decía entre jadeos, mientras nos quitamos las pocas prendas que cubrían nuestra piel.
—¿Por qué no quieres saber mi nombre?—pregunté viendo su fría mirada.
—No lo puedo saber...—quería decir algo más pero la adrenalina que estaba experimentando me gustaba y este chico estaba haciendo que cada parte de mí cuerpo reaccionara a el toque de sus dedos.
El deseo nos tomo, sus labios se movían despacio, su boca y la mía jugaban, la fricción que ocasionaban nuestros cuerpos era excitante.
Dos almas prendidas en fuego.
La luz de la luna que se ligaba entre las cortinas, estaba siendo testigo de una escena muy explícita.
Mis dedos estaban clavados a su espalda, como dagas.
Nuestras miradas se cruzaban y provocaban sensaciones en los dos.
El silencio hablaba por sí solo, nuestros cuerpos hablaban por si solos.
*
Desperté y la habitación aún estaba oscura, me encontraba solo, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que Damián y yo tuvimos sexo.
Tomé mi ropa y me vestí rápidamente tomé mi teléfono y tenía 10 llamadas perdidas, me fijé que al lado de la mesa de noche había una nota, la tomé y me di cuenta que era un mensaje de Damián
La pasé muy bien contigo, espero que tu también la hayas pasado bien, me fui sin avisar porque tenía muchas cosas que hacer, muchos negocios que resolver. Nos volveremos a encontrar pronto
Damián
Tomé el pedazo de papel y no pude evitar sonreír y guardarlo en mi billetera, me vestí y justo antes de salir de la habitación mi mejor amiga me estaba llamando.
—¿Dónde rayos estás metido?—habló furiosa—, estoy en tu departamento y no estás aqui.
—Estaba de fiesta Sofía, por favor me duele la cabeza no me atormentes—era cierto mi cabeza iba a explotar.
—Gran explicación inútil, te quiero aquí en 20 minutos—colgué la llamada la verdad no tenía tiempo para escuchar sermones por parte de Sofía.
Bajé las escaleras y fui a la recepción del viejo hotel, la verdad este lugar tiene un aspecto victoriano, espeluznante y en mal estado.
—¿Seguiras viendo con cara de asqueado el lugar, o vendrás a pagar la noche del hotel?—preguntó antipático el chico moreno que parecía ser el recepcionista—, te quedarás ahí y no pagarás idiota, no querrás que te dispare—saco un arma de una gaveta y me apuntó.
—Tranquilo, te pagaré solo no había entrado nunca a este lugar—el nerviosismo que yo reflejaba, hablaba por sí solo, tomé con mucho miedo mi billetera y saqué la tarjeta—,aquí está, cuanto es?
El chico me miró fijamente con una cara curiosa y sonrió maliciosamente.
—Se quien eres, fuiste la puta que se acostó con mi jefe, lo sé porque los vi llegar, y subir a una habitación, no tienes que pagar nada, el jefe pago todo y me dijo que que antes de que te fueras espera verte el viernes aquí—me tiró la tarjeta al pecho y escondió el arma en la gaveta.
—¿Damián es tu jefe?—el chico asintió desinteresado—, es dueño de este hotel?—quería saber más de Damián, tenía tanta curiosidad por saber quién.
—Si el es el dueño de este hotel y muchas cosas más—me veía con una ceja arqueada—,deberías largarte de aquí antes de que te termine de clavar una bala en tu lindo rostro.
No dije nada solo salí rápidamente del hotel, no quería ocasionar ningún tipo de problemas y mucho menos con ese recepcionista.
*
—Eres un idiota en serio te acostaste con un hombre que apenas conoces, debe ser una broma—Estaba sentado en el mueble escuchando como Sofía gritaba dando vueltas por todo el mueble—, al fin y al cabo eres como todos los hombres, simplemente no sirves.
—Dejame en paz Sofía, no necesito que me digas que hice bien y que hice mal—solté levantándome del mueble dispuesto a ir a mí cuarto.
—Tu no irás a ninguna parte...—Sofía me tomo del cuello y me empezo a besar me empujó y caí en el mueble—, no me veas así, tú eres mío.
Estaba en shock, mi mejor amiga me estaba besando y yo solo me dejaba.
No dije nada solo correspondía su beso.
No me gustaba pero el alcohol aún hacía efecto en mi, no sentía lo mismo que con Damián pero solo imaginaba que lo besaba a el.
—Damián...—gemí su nombre.
—Siento no ser el querido Aarón, ya tú eres mío.
No podía ver nada.
Sentía que caía profundamente dormido.
Sofía me había drogado.
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Todo irá empeorando cada vez más
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Después De Lucifer
Science FictionAbel, el nunca fue real, todo fue un disfraz y ahora mira donde está. Un angel perfecto ahora es un alma pecadora y sin salvación ¿O quizás sí? Aarón, él es felicidad, alguien tan maravilloso que no sabes que pueda llegar a lograr. Alguien tan puro...