El mejor jinete del reino

Sobre la aprensión y fusilamiento de Agustín de Iturbide y Arámburu

Ya van dos voces historizantes de quienes he escuchado perpetuar el rumor que cuando Agustín de Iturbide (el llamado libertador de México) volvió a México del exilio, al puerto de Soto la Marina, fue reconocido y aprendido por su forma de cabalgar. Juan Miguel Zunzunegui ha dicho 'era el mejor jinete del reino' ¡Vaya aseveración!

Ahora bien, no me cimbra el hecho de cuestionar su manera de montar a caballo. Lo que en verdad me conmueve-asombra, es el hecho de que el rumor histórico está basado en una voz pública, que califica su manera de cabalgar. Es decir, no cualquiera puede definir si tal o cual anda 'bien montado', es necesario saber concienzudamente las formas de llevar un caballo. Hay que prestar atención a los detalles (el diablo está en lo detalles; adagio particularmente apropiado en este caso pues a Iturbide le costó la vida): Si está acicalado o no el penco, cómo va colocada la montura, qué tan bien sentado va, si usa las piernas o solo las manos al manejar al caballo (en plural, pensado que llevara rienda abierta, o la izquierda si fue una rienda charra); como entiende y regula el carácter del animal (de haber sido ajeno) o como aprovecha las características de su caballo (de haber sido propio), y varios otros detalles que un buen caballista sabría notar. Pero vamos aún más; buenos jinetes en nuestro país los hay por miles, en aquel tiempo cientos de miles quizá; y cada cual con sus formas particulares que la personalidad imprime y traspala a la hora de cabalgar; habría que tener en la mente (de manera intuitiva) clasificaciones del montar de un charro o un chinaco o un dragón del ejército que instauró aquella S. M.. Pues bien, es esa cartografía en la mente de aquellos mexicanos lo que me resulta fascinante: reconocer a un individuo por su forma de cabalgar; me produce una lontananza formidable. Hablando con honestidad, me produce orgullo esa voz histórica (acaso popular) que da cuenta de una sociedad profundamente de a caballo. Claro que no me refiero a un juicio histórico sobre el fusilamiento de un personaje de la talla de Agustín de Iturbide; sino a la narración consignada sobre el motivo de su aprensión. Conservadores o liberales, republicanos o monárquicos, modernos o posmodernos, jinetes mexicanos (no pedazos) al final.

Alejandro Aldana Barragán

Fuentes

1.- Valero Silva José. (1985). El libro de la charrería. México D. F.: Banco BCH.

2.- Juan Miguel Zunzunegui. (2013). Agustín de Iturbide... Según Zunzunegui. 22 agosto 2019, de Canal youtube Eddy Warman Sitio web: