Capítulo 2

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Hailey

Salí de la oficina del director en estado de shock. Esa sin duda no me la esperaba, es decir Chris aparte de ser el chico más solicitado de las chicas también era un buen estudiante y no necesitaba ayuda con nada. Será que en verdad estará teniendo problemas con alguna materia, en fin necesitaba esos puntos extras para poder entrar en la universidad que me interesaba o conseguir una beca.

No me apetecía volver a clase de nuevo, así que me dirigí al estacionamiento a esperar por Chad ya que el me tenía que llevar. Me senté en un árbol cerca de ahí y simplemente esperé.

—Hey, arriba dormilona —escuché una voz y enseguida abrí los ojos. No se en que momento me quedé dormida.

—¿Cuánto tiempo me dormí? —me lleve una mano a mi cuello debido al dolor, mala idea usar un árbol de almohada.

—Eso solo lo sabes tú —se encogió de hombros —Andando, tenemos que irnos.

Asentí y lo seguí hasta su coche,  me subí en el asiento de copiloto. El arrancó en coche y nos dirigimos hacía su casa donde se iban a reunir nuestros padres. Nos mantuvimos en silencio un buen rato, hasta que no aguante más y encendí la radio, odio el silencio.

Después de un largo rato escuchando música Chad decidió hablar —¿Por qué te llamo el director?

—¿Cómo te has enterado que el director me llamó? —pregunté omitiendo su pregunta.

—Recuerda que estás en un instituto demasiado chismoso y las noticias vuelan —se encogió de hombros con  la mirada al frente concentrandose  en la carretera —Ahora contestame a la pregunta.

—Quería que sea tutora, porque aún no había cogido ninguna materia extracurricular y me dijo que me ayudaría a subir nota.

—¿Tú, siendo tutora? —me miró por unos segundos y luego volvió su vista al fentre. Soltó una carcajada.

—De que se supone que te ríes —lo fulminé con la mirada.

—Pues es obvio, tú siendo turtora. No tienes la paciencia suficiente para darle clases a algún alumno, ni siquiera la tienes conmigo como para tenerla con los demás.

—Eso es mentira. Yo si tengo paciencia con la gente, menos contigo porque eres demasiado exasperante.

Empezamos a discutir sobre quién tiene más paciencia y terminamos riéndonos por la estupidez por la que empezamos a discutir. La verdad que si disfruto pasando tiempo con Chad, en realidad es un buen chico aunque aveces sea un completo idiota. Seguimos hablando de un montón de cosas sin sentido mientras nos íbamos acercando a nuestro destino.

—Entonces ¿cuándo empiezas la tutoría —preguntó de pronto.

—La semana que viene —respondí como si nada.

—Tienes tiempo para practicar tu paciencia —sonrió y yo rodé los ojos —A todo esto ¿de quién eres tutor?

—De Chris, Chris Walker —al escuchar ese nombre pegó un frenazo que si no hubiese tenido el cinturón puesto hubiera salido volando.

—¡Pero se puede saber porque has hecho eso, eres consciente de que podíamos haber tenido un accidente! —grité enojada, estaba con el corazón a mil por hora.

—No voy a dejar que le des clases a ese imbécil —lo miré incrédula y el frunció en ceño  —No necesita tutor en absoluto, es uno de los mejores estudiantes del instituto. ¿Por qué iba a necesitar clases?

—Primero, no tengo ni idea porque necesita un tutor. Pero incluso hasta el más listo necesita ayuda en algo —le reclamé — Y segundo, tú no puedes decirme a quién le doy clases y a quién no. Admito que no me hace gracia tener que ser tutora de él, pero si eso me hace subir puntos pues lo haré.

Puede que nos conozcamos desde hace años y le haya cogido cariño, pero no tiene derecho alguno de decirme que tengo que hacer con mis cosas. Es verdad lo que dije, no me hace mucha ilusión tener que pasar casi toda la tarde como tutora de Chris, pero necesito esos puntos.

—Está bien, lo siento ¿si? —lo mire directamente a los ojos — Es solo que no me agrada Chris, es un complemento gilipollas. Por desgracia lo conozco lo suficiente como para saber que intentará llevarte a la cama, como lo hace con todas las chicas.

—Sé que Chris es un completo idiota, pero sabes Chad, se cuidarme sola y sé cuando una persona no me conviene. Simplemente lo echo antes de que intente entrar en mi vida —confesé y se relajó.

—Solo prométeme que te vas a cuidar de él, y si intenta algo simplemente me lo dices y le parto la cara. ¿Está bien? —asentí y le di una sonrisa que el con gusto me devolvió.

—Te lo prometo.

Dicho esto arrancó de nuevo el coche y nos dirigimos a su casa. Diez minutos después llegamos y como era de esperarse sus padres y los míos estaban en el patio trasero conversando amistosamente. Me encanta la amistad que tienen los cuatro.

Después haber pasado la tarde con los Henderson, decidimos volver a casa. Me fui directo a mi habitación, y me di una ducha. Me puse el pijama, me senté en mi escritorio y decidí escribir.

Hacía ya como dos semanas que no actualizo, pero hoy me siento inspirada. Hace un año que comencé a escribir y nunca pensé que iba a llegar a donde estoy. Adoro escribir, siempre me ha gustado, antes de descubrir ReadApp escribía en mis cuadernos y me desahogaba ahí. Cada vez que veo que a la gente lee mi historia y veo que les gusta, un sentimiento de alegría y emoción recorren mi cuerpo, y me gusta. Me gustaría que la gente supiera quién es la persona que está detrás de esa historia, pero hay cosas que son mejores dejarlas ahí.

Mire la hora y vi que eran las diez de la noche, vaya he pasado dos horas escribiendo. Apagué mi laptop, y me dirigí a la cama. Cogí mi mi teléfono miré mis redes un rato, hasta que vi que salto un mensaje en la barra de notificaciones.

ReadApp:
@darkboy
Buena historia, aunque yo cambiaría algunas cosas. Las escenas +18 son muy buenas ¿prácticas todas esas? Me gustaría practicarlas también ;)
Pd: Muy cliché todo, es lo único malo.

@darlysweet
Gracias y eso a ti no te incumbe si las practico o no, porque escriba esas escenas no necesariamente tienes que hacerlas. Se puede saber quien se supone que te impide practicarlas, puedes aprender.

@darkboy
No necesito aprender si se hacer eso y muchas más cosas. Si quieres que te enseñe, para mi no hay problema ;)

Decidí no contestar a ese mensaje. Quien mierda era ese tipo para hablarme descaradamente. Un imbécil eso es lo que pensé yo.

Dejé mi celular en mi mesita de noche y me dormí enseguida. Había sido un día muy largo.

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