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Se encontraba sentado en la Sala principal con una botella de vino tinto.

Ese día en específico había sido agotador, miraba el techo con la mirada fija a la nada, se sentía cansado y sumamente solo, escuchaba una canción de un grupo de rock/alternativo, la verdad es que la música lo relajaba y en varias ocasiones había descubierto muchos sentimientos que esas canciones le transmitían.

En ese momento de la noche, cuando la Luna era la protagonista y las estrellas la acompañaban, Draco Malfoy la admiraba.

Cuando la guerra termino, sus padres habían sido condenados al beso de dementor y el con solo 17 años se había hecho heredero de la fortuna Malfoy, termino sus estudios en la escuela de Hogwarts con constantes ataques y desprecio de los demás Magos, una vez que finalizó sus estudios había decidido convertirse en auror, ayudaría a las personas y así podía detener a los mortífagos que habían escapado.

Su vida se había convertido en una rutina, se levantaba por las mañanas, se ejercitaba y salía al Departamento de aurores, el era un auror muy importante ya que en todos sus años trabajando ahí, había desarrollado mucha experiencia y era un mago excepcional y capaz, su jefe lo mandaba a misiones sólo y hace años, le habían propuesto irse de intercambio para completar misiones que necesitaban de sus habilidades fuera del país, así que con solo 21 años, Malfoy aceptó y ahora estaba en Italia resolviendo una misión.

Con ayuda de un traslador, le era bastante fácil regresar a su casa en Inglaterra.

Cuando terminaba alguna misión, le informaba a su jefe y regresaba a su casa a descansar, no le gustaba salir a divertirse, con sus 26 años prefería quedarse en los jardines de la mansión, o en alguna Sala dentro de esta. Los único con los que hablaba era con blaise Zabini y pansy Parkinson quienes ahora eran pareja y estaban casados.

Los veía una o dos veces por semana si no estaba en una misión, y de ser lo contrario, no los veía hasta terminar su trabajo.

Con sus compañeros tenía única y formalmente una relación de trabajo y en sus tiempos libres, organizaba las cuentas Malfoy con algunos negocios que no habían cancelado y así seguiría con la tradición Malfoy y recordaría a sus padres hasta el fin de sus días.

Cuando llegaba la noche, se sentaba en algún sitio de esa casa enorme y tomaba vino tinto con música de fondo o un buen libro para leer, en la mayoría de veces, terminaba con la mirada perdida pensando en lo cansado y solo que estaba.

Sus elfos normalmente terminaban llevándolo a su habitación, en donde horas más tardes, despertaba y volvía a hacer lo mismo.

Pero ese día, se sentía inquieto, se sentía solo y eso lo cansaba emocionalmente.

Aunque, si era sincero consigo mismo, no era una sorpresa.

Pero no podía evitar sentirse así cuando alguien se lo recordaba.

Rufus Scrimgeour, su jefe del Departamento de aurores le había dicho algo esa tarde cuando se había presentado para informarle su éxito en su última misión en Italia.

-excelente Malfoy, sabía que eras capaz de eso, después de todo te la pasas mejorando y tomas tan enserio tu trabajo que no socializas con tus demás compañeros.

"No socializas" Esas palabras resonaron en su cabeza, sabía que su jefe no lo había dicho para hacerlo sentir mal, después de todo estaba bastante agradecido con el y habían bromeado en más de una ocasión pero eso no evitaba que se sintiera solo y cansado.

No se sorprendió cuando con un hechizo tempus se dio cuenta que eran las 3:30 de la madrugada, se levantó en medio de un suspiro agotador y se dirigió a su cama donde al tocar las suaves sabanas cayó en brazos de Morfeo.

Crossed Hearts. (Drarry/Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora