3.

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Se quito la liga que sostenía su cabello, dejándolo caer por los hombros. Llevo sus manos a su cara y las deslizó por sus hebras lisas y suaves, se sentía frustrado.

Hace una semana que no avanzaba en la misión y su compañero no era gran ayuda, había decidido no decirle a su jefe que lo quitara del caso por que así, Zacharias era quien se presentaba en San mungo y estaba al tanto de los pacientes.

No era que evitara a Potter, claro que no, solo que, ya tenía suficientes problemas en su trabajo y no quería distracciones.

Aquel día cuando llegó a su casa después de dejar a Harry dormido, se baño y se presentó a una Junta de negocios en la cual, las cosas salieron bastante bien para el y para su socio.

Después se dirigió a su Oficina en el Departamento de aurores, que se encontraba hasta la parte de atrás en donde ningunos ojos curiosos podían verlo y distraerlo.

Le ordenó a Susan Boyle, su secretaria que no quería visitas y que se comunicara con el jefe para hablar de la misión.

Todo el día no paro, entre papeles y ver recuerdos tanto de su compañero con las pláticas de los familiares, de los familiares, y de los aurores que encontraron a los Magos y brujas; que en total eran 7.
Cuatro magos y tres brujas, había pasado una semana.

El caso no avanzaba, y se echo la culpa.

En contra de toda su voluntad aceptó que desde aquel día, no podía olvidar lo que pasó con Potter.

Quería repetirlo y enojandose consigo mismo aceptó que, no sólo lo quería para una noche más, si no para muchas más.

Después de ese día, recordó su enamoramiento por el en el Colegio, recordó lo que hacia para llamar su atención y como era un hijo de puta con el y sus amigos más cercanos.

Pero también recordó la guerra, a sus padres, a sus amigos que murieron y todo lo malo que hizo, y como poco a poco había olvidado eso y lo había convertido en un amor infantil y imposible.

Potter lo odiaba, eso era seguro.

Y más por el echo de que le quito la pureza al chico dorado.

"Al menos, siempre puedo ayudarme con un pensadero a recordar lo que pasó esa noche. " - sonrió y después empezó a reír.

Sacudió su cabeza y siguió revisando papeles.

Después de media hora, se levantó y tomó su gabardina.

-Susy.

-dígame señor Malfoy. - contestó su secretaria entrando a su Oficina con una sonrisa.

Susy tenía 22 años, era joven pero siempre terminaba su trabajo y cumplía sus órdenes, era amable y bonita.

-voy a salir, que nadie entre a mi Oficina, te puedes ir cuando termines tu trabajo - dijo con voz amable.

-¿no regresara señor Malfoy?

-tal vez, pero ya muy tarde y no quiero quitarte tu fin de semana.

-por eso no hay problema, se cuida señor Malfoy. - le regalo una sonrisa y salieron de la Oficina.

Malfoy se dirigió a la Oficina de su jefe. Con paso lento y elegante, todos los del Ministerio lo veían con respeto o coquetería, estaba acostumbrado a esas miradas que se había ganado y más las de rencor y enojo por su trabajo, pues bien al ser uno de los mejores aurores se había ganado más enemigos.

Llegó a la Oficina de su jefe y su ayudante lo dejó pasar después de comunicárselo a Rufus.

Tocó tres veces suavemente hasta que escucho un "adelante".

Crossed Hearts. (Drarry/Harco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora