Aquel día
nos encontramos
en una biblioteca.
Las palabras brotaron
por arte de magia
de mi boca.
¿Quieres tomar algo conmigo?
Aceptó.
Durante los cuarenta y cinco minutos
que apróximadamente
pasamos juntas
solo habló para pedir
su café solo.
Después
se limitó a sonreír,
asentir,
y soltar alguna risita
en el momento oportuno.
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La chica que callaba.
Short Story'La chica que callaba guardaba muchos secretos. Secretos dolorosos que nadie jamás supo apreciar.'
