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Son las 6:00 am, cómo siempre debo llegar temprano ya que soy una chica algo distraída por decirlo así, además me gusta llegar temprano para jugar Volleyball y practicar un poco antes de clases, me ayuda a consentrarme.

—Adiós mamá, hasta luego papá, nos vemos en la tarde—sin escuchar respuesta salí de mi casa lo más rápido que pude.

A pesar de que las clases comienzan a las 8:15 am, me dirijía a la escuela muy tranquila, escuchando mi canción favorita parents de Yungblud, hasta que escuche una voz familiar gritando mi nombre, nunca imaginé que era aquel chico de la librería, creo que se me olvidó mencionarlo pero yo olvido muy rápido todo, olvidé su nombre.

Iba vestido con el mismo poleron de ayer, cubriéndose el cabello, supongo que no le gusta que le miren su cabello o quizás tiene un mal corte, llevaba un pantalón color verde enebro, que lo hacía ver... perfecto.

—hola—saludo demasiado feliz—¿vas a clases?—me quite ambos auriculares y comencé a oírlo—te acompaño, también voy a clases.

—esta bien, ¿a qué clase vas?—dije mostrando interés

—clase... al 7D, pero no conozco a nadie aún, ya que soy nuevo.

yo voy en esa clase, dios, ¿Por qué me odias? A pesar de que él sea hermoso y me encantaría que esté en mi salón, si lo está él tendrá más chance de enamorarme y caeré más fácilmente, pero no le puedo decir eso.

—púes, ya conoces a alguien, a mi—sonrió.

—¿De verdad? Genial, será divertido, quizás esté contigo en los recesos, en la librería.

—mira, yo creo que jamás voy a la librería, sí aquel día fui, fue porque mis amigas no fueron a clases—me mira decepcionado, me sentí culpable y una punsada en el pecho me hizo cambiar el tema— pero tú estarás conmigo y mis amigas, claro, si tú quieres.

—seria genial—me miró sonriente—mira, la escuela.

Ni cuenta me di cuando llegamos, ya son las 6:45 am, la profesora de matemáticas salía de su gran auto con una caja, que realmente lucía pesada, el chico de la librería se ofreció a llevarla, acompañamos a la profesora hasta el salón el cual le correspondía y nos fuimos.

El chico de la librería susurraba algo, pero no comprendía lo que era porque susurraba muy bajito, no podía dejar de mirarlo, quería quitarle el gorro, no, necesitaba quitarle el gorro.

—deja de mirarme tanto—dijo.

cuatro palabras bastaron para alejar mi mirada de él, en realidad sí, soy extraña, estoy mirando demasiado a alguien a quien conocí ayer y ni siquiera recuerdo su nombre.

—lo siento—dije tímidamente, mirando a otra dirección y guardando silencio.

se alejó de mi, me dejó atrás, sola y yo no sabía que hacer, así que seguí mi camino y llegué al salón 7D, deje mis cosas en la silla que siempre me siento y me senté.

pasaron como cinco minutos y llegó él, junto a Fabiana y Karla, mis mejores amigas, me sentí extraña, creo que triste porque él se alejó de mi y se fue con ellas.

Vi que Karla le enseñaba su lengua de forma burlona y se hacercaba a mi, Karla dejo sus cosas en la silla de mi lado y Fabiana en la del frente, junto a Angelo, como todos los días, pero aquel chico, aquel chico se sentó en un puesto de la última fila, junto a Filipe.

Filipe era un chico que amaba el animé, alguien un poco extraño en mi opinión, pero que traía detrás de él a la mitad de las chicas de la escuela, entre ellas a Karla.

—hola—dijo Karla—perdón por no venir ayer, tuve que llevar a mi gato al veterinario y me eso duro más de lo esperado.

—da igual, estuve en la librería y estaba leyendo este libro—saco de mi mochila el libro Ángeles y demonios de Dan Brown—qué tal te parece

—me parece que no lo haz leído mucho—ve que el marcapáginas marcaba la página dos y Karla comienza a reír

—no es mi culpa, es de él, el chico Dan Brown, es culpa de él— dije mientras miraba al chico del poleron gris.

—quién, ¿Vicente?—dice Fabiana, metiendose entre la conversación de ambas—púes, a mi me parece agradable, es lindo.

—¿por qué chico Dan Brown?— dice Karla dudosa e ignorando completamente a Fabiana.

—porque me preguntó si leía algo de Daniel Brown, es estúpido, lo sé, pero no quiero hablar de eso.

—yo sí—dice Karla—la pequeña Kallfv está enamorada—hace un tono de voz burlón, claro, para molestarme, cómo siempre.

—tú cállate, no te importa—me hago la enojada.

—oh, ¿Te das cuenta que no lo negaste?—dice girándose Angelo inmediatamente al oírme decir eso.

—¿Qué?—dije nerviosa.

—Angelo, no escuches, no te incumbe—dijo Karla mirándolo de forma desafiante—¿Puedes girarte y no escuchar?

—no, yo le daré consejos a la Kallfv-Rayen, ustedes solo se burlan—dice molesto Angelo.

—esta bien—dice interesada Karla, sin apartar la mirada de este.

Hoy será un día muy largo y no sé qué pasará al respecto.

Vishisca:3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora