Segundo Aire

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Los viajes en avión eran una experiencia interesante para aquel que viajaba por primera vez, por un lado podías sentir ansias y emoción de ver el mundo desde el cielo, ver las nubes, los terrenos, océanos y ciudades. Por otro lado, también podías sentir miedo e inquietud por las turbulencias, los ataques terroristas o que el avión sufra una descompostura y se caiga o desaparezca. Era la primera vez de la familia Santiago en viajar a otro país, había una mezcla de esos sentimientos entre los familiares, el viajar por primera vez a otro país, en busca de nuevas oportunidades.

Pero en quien nos vamos a centrar es en un chico de 11 años, moreno, pelo negro y un poco largo, chaqueta morada, jeans y zapatos de atleta, quien recién despierta gracias al ruido de algunos pasos. Ve a mucha gente tomar sus maletas y formarse para bajar del avión.

- Ronnie, no olvides tu mochila- Dijo una chica de pelo liso, camisa verde a cuadros, jeans y zapatillas.

- Gracias, y no me llames así Bebe, por favor- Dijo el chico, de nombre Ronaldo. No le gustaban mucho los diminutivos o apodos de ningún tipo, solo aceptaba uno, Ron.

- Se que algún día lo terminaras aceptando Ron- Dijo Bebé.

- Niños, ¿Contaron bien sus cosas?- Dijo una mujer mayor, la madre de los chicos.

- Si mamá- Dijeron ambos.

Una vez la cola para bajar disminuyó en cantidad, los tres bajaron del avión, llegando al aeropuerto internacional de Detroit, Michigan. Dispuestos a iniciar una nueva vida, lejos de su natal México, por decisión de seguridad, no es fácil vivir en una de las ciudades más peligrosas del mundo, la cual es Ciudad Juárez, Chihuahua.

Tenían un total de 16 maletas, todas fueron metidas en el autobús que daba como destino un pequeño pueblo al norte del estado, sería más factible que vivieran en Detroit, pero no era tan diferente a Ciudad Juárez. Pero estaban dispuestos a iniciar de nuevo en otro país, ahora les esperaba una oportunidad perfecta para rehacer sus vidas, más aún sabiendo que no son los únicos de su familia que viven aquí.

El autobús iba a tardar un buen rato, Ron, Bebe y María lo sabían bien, la mayor comenzó a leer un libro, la joven se quedó dormida de nuevo, tratando de recuperar más energías y Ron recostó su cabeza en la ventana, viendo el paisaje nocturno moverse, dejando puro campo y pastos verdes, no estaba tan seguro de si podía resistir este cambio tan drástico en su vida. Pero si implicaba alejarse de todo el peligro que tenía en su ciudad natal, estaría dispuesto a lo que sea, por su familia.

En otra parte del estado

- Comenzando operación "Prepararme para el primer día de clases antes de las 8 en punto y pensar en un nombre más corto para esta operación" en 10...- Dijo una chica de pelo blanco, pijama naranja confirmado con una blusa y un pantalón, haciendo una cuenta regresiva mirando su reloj de mano que indicaba las 6:29:50.

-9...- Dijo ella. Mientras en una habitación despertaba un par de adolescentes rubios.

- Loki, ¿Tienes galletitas?- Dijo una voz parecida a la de Billy, apenas abriendo los ojos.

- Te dije que no te daré de comer hasta que desayunemos, Loni, sino te atragantas- Dijo Loki, tenía una voz parecida a la de Electro en Spiderman de PS4.

- 8...- Seguía contando la peliblanco

- Wake Up... Why dont you put a little make up- Dijo un chico castaño con peinado Punky con una voz similar a la de Finn el humano.

- Iwachu, jajaja, ¿Entiendes?- Dijo otro chico en la litera de abajo con la voz de Starlord, pero más rasposa.

- Lane, Estoy recién despertando, ¿puedes guardarte tus tontos chistes para cuando esté al 100%?- Dijo el chico de la litera de arriba.

Respeto a Quien Respeto Merece (Roninka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora