-Capitulo 1-

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Elcielo se oscurecía cada vez mas, alertaba de la llegada de la noche.La lluvia caía sobre la capucha de mi abrigo de terciopelo haciendoque cada "cloc" resonara en mis oídos, es una tormenta fuerte,dije en mi mente. Me aferré mas a mi abrigo para coger un poco decalor, pero era inútil, el frío recorría todo mi cuerpo poniendomucha atención a mis manos las cuales no sentía a causa de estehelado invierno. Mi pañuelo cubría mi cuello impidiendo que el frío tenga contacto con el. Mis botas marrones con un tacón medianorechinaban en los charcos de agua que se formaban a causa de la fuerte tormenta. Oí un trueno muy fuerte y largo el cual causó quemis ganas de llegar a casa fueran aumentando y que la tormenta seamas fuerte y constante. Mi largo cabello pelirrojo esta mojado, aligual que mis pantalones vaqueros. Giré la esquina donde se hallabael patio donde yo vivo, me paré cuando quedé en frente de este.Busque con ansias las llaves en mi bolsillo haciendo que un caramelode miel y limón cayera al suelo, me agache y lo cogí con mi manohaciendo que mis dedos entraran en contacto con el agua. Abrí lapuerta del patio refugiándome en el, quite la capucha de mi cabezahaciendo que esta se dejase caer sobre el principio de mi espalda yseguido de esto di un largo suspiro. Subía los escalones de eledificio oyendo los tacones de mis botas y mi aliento a causa delcansancio. En el quinto piso visualice la puerta de mi casa, numero20. Abrí la puerta e instintivamente mi mano buscó el interruptorde la luz pulsandolo haciendo que se encendiera en el salón seencendiera. Me quite mi abrigo aun empapado, avancé hacia la cocinaque es americana, es decir que está conectada al salón. Meintroduje en ella dejando mi abrigo en el cesto de la ropa suciaacompañando a mi camiseta blanca que decía en letra grande y negra:París. Atravesé el pasillo que conducía hacia mi habitación, abríla puerta encontrándome con mi cama de matrimonio con una suavecolcha cubierta sobre esta. Me dirigí hacia mi armario abriéndolo,encontrándome con muchas prendas de todo tipo. Cogí un pijama colorbeige y unos calcetines blancos. Giré sobre mis talones para irhacia la cómoda donde se hallaban las toallas. Cogí una toallagrande color rosa, su tacto es suave y delicado. Salí de mihabitación apagando el interruptor. Abrí la puerta del baño lacual se encontraba al lado de mi habitación. Entre y las luces seencendieron al detectar movimiento. Puse la toalla sobre el toalleroy el pijama encima de la tapa del inodoro. Me deshice de el resto deropa que quedaba en mi cuerpo quedando desnudo, encendí el grifo yel agua empezó a salir por la alcachofa. Metí un pie adentro yluego lo acompañé del otro, era agua calentita, pero no hirviendo.Caía sobre mi larga melena pelirroja, notaba como mi cuerpo empezóa entrar en calor despumes de haber estado bajo aquella tormenta queaun asi, se seguían escuchando las gotas de agua caer fuertementesobre el cristal de la ventana del baño. Después de haberme duchadome sentí relajada y a gusto. Salí de este deshaciéndome de eljabón restante y envolviéndome con la toalla, me secaba dandopequeños y rápidos toques en mi piel, cuando sabia que estabatotalmente seca me puse el pijama. Me dirigí enfrente del espejocogiendo mi cepillo y peinando mi pelo húmedo.

Mepuse mi crema hidratante en el rostro evitando los ojos y la boca, enla pequeña caja que estaba al lado de el lavabo visualicé micolonia de vainilla. Siempre me gustó este aroma dulce. Me puse dostoques en el cuello y mi cuerpo. Salí de el baño deslizándome porel suelo con los calcetines como si estuviese patinando. Llegué alsalón tirandome en el sofá en forma de L color negro de cuero.Estaba perezosa no queria hacer absolutamente nada. Hubo un momentode relajacion, escuchar la lluvia me translada a otro planeta y mehacia varias preguntas sobre el futuro. Como por ejemplo, ¿quepasara dentro de 100 años? Mi madre dice que habra muchisimatecnologia muy avanzada y el mundo sera de los robots. Otros dicenque acabara el mundo. Derrepente mi estomago rugio provocando que mispensamientos se fueran y un sentimiento de engullir habitabalentamente en mi. "Tengo antojo de pizza" dije en mi mente, cogími telefono y marque el numero de la pizzeria mas cercana la cualquedaba a 3 calles. Ya habia llamado y en media hora estaria elrepartidor aquí.



Pasaron30 min



Cuandotocaron al timbre fui a abrir como una niña pequeña se levantaba enla mañana de Navidad, abrí y me encontre con un chico sonriendo."Es muy guapo" pense, le di el dinero y cogí la pizza.



x-Eres mala persona llamando en mitad de esta tormenta -yo levante mivista encontrandome con sus ojos azules-



Enar-No es mi culpa que llueva a cantaros -dije timida-



x-Ujum -dijo con una posicion pensativa- chica timida, mi nombre esSantiago, pero puedes decirme Santi -me sonrio-



Enar-Me llamo Enar, y gracias por la pizza -le devolvi el gesto-



Santi-Denada -dijo este con melancolia-



Mepercate que su estomago rugio, me senti mal ya que esta pizza eramediana y yo no puedo comerme casi ni tres trozos. Lo invite a pasarcon una sonrisa en mis labios, este me miro iluminando su mirada.



Santi-¡Muchas gracias!



Yasi comenzaron las cosas.

100 Años despuésWhere stories live. Discover now