Capítulo 1.

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— ...Entonces cuando estaba a punto de llegar al frente, una señora se coló en la fila delante de mí y cuando le dije que se había colado, se puso histérica y comenzó a decir que era un mocoso insolente, que ella era solo una pobre anciana y que no tenía respeto por los mayores. Sin embargo, volví a decirle que era mi turno de pasar no el de ella y ¿adivinen qué hizo? ¡Me golpeó con su bolso! Que cabe destacar que era muy duro y me dejó una contusión en la cabeza.

Taehyung se encontraba contando lo que había sucedido hace dos días atrás que fue al supermercado con Seokjin; al parecer una señora con problemas de histeria lo había atacado vilmente por haber reclamado su puesto en la fila hacia la caja. Yoongi realmente no estaba prestando mucha atención pero notaba las risas estruendosas de Jungkook y Seokjin a un lado suyo. Ese día estaba más pendiente de lo que pasaba a su alrededor ya que estaban en la cafetería de la escuela y ese era el lugar en donde todos los estudiantes, los chismes, las burlas y los secretos se acumulaban. Le gustaba mucho observar porque así podía darse cuenta de detalles que casi nadie notaba: como aquella chica que inconscientemente cargaba un chicle pegado a su cabello, o ese chico del cual estaba seguro era la quinta vez en esa semana que lo veía con la misma camisa. Ser alguien observador le permitía juzgar a la gente sin ningún pudor dentro de su cabeza (porque las personas siempre tienen algo que mostrar), además de que se le facilitaba ya que nunca llamaba mucho la atención y todos eran lo justamente distraídos como para no notar su mirada.

Aunque sus amigos llamaban la atención un poco más que él al ser tan escandalosos.

— Fue gracioso de ver — dijo Seokjin al detener su risa —, pero tuve que detenerlo de lanzarle un tomate a la mujer porque sino nos hubiesen prohíbido la entrada al lugar de por vida.

Jungkook rió de nuevo.

— Me arrepiento de no haber ido con ustedes.

La cafetería se llenaba cada vez más de estudiantes, agradecía que él y sus amigos habían llegado de primeros con el único propósito de conseguir una mesa vacía porque no hubieran podido hacerlo en ese punto. Sucedía así casi todos los días, pero Yoongi ya conocía ese lugar y cómo moverse en él, por lo que nunca se quedaban sin mesa. El rubio fijó su mirada en las puertas de la cafeteria, esperando encontrarse con alguna cosa interesante o algo parecido.

Y vaya que lo hizo.

Justo en ese momento se abrían las puertas de la cafetería de una manera no tan silenciosa, entrando por estas lo que podía identificarse como casi todo el equipo de fútbol de la escuela. Todos ahí presentes voltearon sus cabezas hacia el mismo punto, dándoles la atención que inevitablemente siempre recibían. El equipo de fútbol era algo que les interesaba a todos, al fin y al cabo era formado por chicos guapos, deportistas y populares (muy populares), y representaban a la escuela en competencias. No había chica que no suspirara por ellos, y ciertamente, cualquiera buscaba la oportunidad para hacer amistad con esos chicos. Y no siempre era tan difícil, ya que estos eran muy sociables también.

A Min Yoongi no le agradaban especialmente, no porque tuviera algo en contra de ellos, sino más bien porque la gente superficial no iba mucho con él. Todos los amaban pero a él le daba igual, formaba parte de ese pequeñísimo porcentaje de estudiantes a los que les valía muy poco lo que hiciera el equipo de fútbol o quiénes eran. Su popularidad era algo que no resultaba atrayente para Yoongi, él estaba bien siendo invisible y teniendo a esos tres como mejores amigos.

— Siento que no pueden vivir sin hacer una gran entrada — recalcó el castaño mirando en dirección al equipo de fútbol también.

— Puede que sea así, ya sabes, les encanta llamar la atención — dijo Jungkook en un bostezo.

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