Tras esa breve discusión Lexa procedió a dar la clase de literatura, saltándose las presentaciones, los buenos rollos y esas tonterías que hacían sus compañeros, iba a demostrar que podía terminar con cualquier tipo de informalidad, que esos niñatos no podían con ella, ni siquiera la joven rubia a la que temía todo el claustro.
Al concluir la clase Clarke se disponía a salir por la puerta cuando una voz detrás de si cambio su parecer.
-Ejem, Clarke Griffin para usted no ha terminado la clase.
La joven se giró ante la llamada de su nueva tutora, aun desde su estatura inferior a la de Lexa la rubia se dispuso a mirar con superioridad a su maestra.
-La clase a terminado para todos, y sinceramente dudo que de para más, es el primer día no puedes castigarme nada más empezar. -Con todo el atrevimiento y el descaro que cabe en su cuerpo Clarke acaricia con la yema de sus dedos el cabello castaño de su profesora-. Podemos llevarnos bien no me gustaría tener que echar a nadie más.
Lexa se queda obnubilada ante la situación que tenía delante, no puede entender que esa chica le tenga ahí quieta, pero no va a dejar que se salga con la suya, consigue despertar al fijarse en la mano de la joven atreviéndose a acariciar su cabello.
-Señorita Griffin, le recuerdo que no son formas de tratar a una profesora, siéntese en su mesa, tiene cuatro horas para hacer una redacción de unas dos mil palabras, tiene que ir sobre la clase de hoy, si has estado atenta no hará falta que te aclare nada más. -extiende la mano- dame tu teléfono móvil, no podrás usar internet, tienes libros en la estantería que te pueden resultar útiles ¿sabes leer verdad?
La chica se empieza a reír, sabe que no puede retenerla, y prefiere burlarse de la profesora, Lexa no es consciente del poder que Clarke tiene allí, realmente nadie lo sabe.
- ¿De qué demonios se ríe?
El enfado de la maestra se puede ver su rosto, sus venas se hinchan, no va a permitir que una niñata ponga en peligro su puesto de trabajo, observa que el teléfono de la joven sale por su falda, lo coge sin preguntarle, a lo que Clarke responde con un gesto serio, parece que esta mujer le va a costar tiempo de domesticación, pero no puede entender porque esa forma de arrebatarle el teléfono de la falda lo que ha hecho ha sido ponerla cachonda, y deseando que lo que le quitase fuese la falda. Nadie la había retado de esta forma, generalmente le tenían miedo, ¿quién era esta mujer?
Tras quitarle el móvil Lexa sale por la puerta de la clase cerrando con llave la estancia, dejando a la rubia sola dentro, con una clara misión, si la cumplía se llevaría unos puntos extra con Abby, justo lo que buscaba, poder quedarse, ser feliz allí, cumplir su sueño de alejarse de esa vida.
*****
Lexa satisfecha con su acción se marcha a la sala de profesores, la cual está vacía, todos los profesores están en sus habitaciones o en el comedor, había terminado la jornada para la mayoría, solamente la morena se pone trabajo extra para impresionar a su jefa.
Dentro de la sala de profesores, al fondo hay una puerta con un cartel que pone Directora, Lexa se dispone a picas a la puerta para contarle a su jefa lo que ha hecho con la chica problemática, pero quizá sea pronto para apuntarse un tanto, es probable que Clarke no haga la redacción, de todas formas lo haga o no, la profesora tiene muy claro que meterá a su alumna en vereda.
Pasan las horas mientras la morena revisa el correo, lee, intenta hacer las fichas de sus alumnos y quedarse con sus nombres, busca algunos informes sobre los mejores alumnos de su clase, pero no puede evitar revisar el de la rubita que tiene encerrada, en esas paginas puede leer más de cien partes de asistencia, malas contestaciones, alardes de superioridad, faltas, ha preparado huelgas por nada, los alumnos la temen o la quieren, no está claro aún, tiene 19 años, con lo cual es mayor de edad y repetidora, interesantes datos que calman a Lexa.
Cuando concluyen las cuatro horas decide acercarse al aula, abre la puerta, y puede ver a Clarke en su sitio, con la camisa algo más abierta de lo normal, mostrando su escote, acalorada, con un buen tacado de hojas escritas, no puede evitar sonreír al sentir el éxito de ver que la joven ha trabajado como debía. La morena cierra la puerta tras de sí, se acerca a la joven, que la mira con descaro y una sonrisa que Lexa no entiende.
-¿Ha terminado con las dos mil palabras señorita Griffin?
La rubia se levanta, hace una coleta utilizando las rastas para atarla, coge las hojas de encima de la mesa y se las ofrece a su profesora, la cual la mira satisfecha.
-Hice tres mil, me sentía inspirada, no he podido dejar de escribir, espero que le guste.
Lexa la mira extrañada, no comprende este despliegue, al sostener las hojas entre sus manos puede leer el titulo que está escrito en la primera hoja, con mayúsculas y bolígrafo rojo para así destacar por encima de las demás palabras, *LO CACHONDA QUE ME PONE MI PROFESORA*, los ojos de la maestra se abrieron de par en par, no le ha cruzado la cara de un guantazo porque no quiere perder su trabajo el primer día pero esto no lo puede tolerar, no se lo puede creer.
-¿Cómo puedes ser capaz de haber escrito semejante barbaridad?- pregunta la maestra desconcertada con esta situación.
Clarke que rie decide acercarse poco a poco a la profesora que enfadada espera una respuesta lógica.
-Me pediste que escribiese sobre lo que habíamos visto en clase, sobre lo que había estado atenta y te aseguro que no he estado más atenta de nada que de tus piernas, tus labios, tu culo cuando escribías en la pizarra, y he escrito sobre todo ello, lo he detallado, he descrito todo aquello que he imaginado hacer con ello, contigo -sigue caminando hacia ella, a la vez que Lexa camina hacia atrás.
-Basta, no pienso tolerar semejante desfachatez, soy tu maestra, no un ligue patético que intentes tener en una discoteca. A las 4 de la mañana te quiero en el patio, vas a empezar el día con energía, y no me haga ir a buscarla a su cuarto Griffin.
Clarke ríe al escuchar a la profesora, en el fondo sabe que Lexa siento lo mismo que ella, que la atracción es mutua, sabe que va a sucumbir a sus encantos, solamente tiene que ponerla más a tono, procede a irse de la clase pero antes de salir por la puerta deja unas palabras que no hacen más que enfadar a Lexas más, si es que aún se puede.
-Disfrute de la lectura, señorita Woods.
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Firme
FanfictionLexa, una profesora de bachillerato que huye de su pasado en un internado de alto prestigio. Clarke, una alumna repetidora de 19 años obligada a estar allí. Primera historia Clexa.