Farmacia

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Afuera de una farmacia.

Adrien y Marinette estaban vestidos como sí fuesen detectives, con gafas de sol, para no ser descubiertos.

La chica, suspiro profundo antes de mirar a su amigo.

-¡Pshh! Adrien, ve a buscar el objetivo, yo vigilo que no venga nadie conocido.- susurro la chica.

El chico, fruncio el ceño y miró a su amiga.

-No, ve a buscarlo tú, te ayudará para el futuro y además yo soy famoso por lo que soy más fácil de reconocer.
Además con lo distraída que eres, puede hasta empujarte alguien conocido y no te darás cuenta.

Sabía que las personas de París estaban ciegas y con ésos disfrazes ya no los reconocerian, pero no quería pasar a buscar el test de embarazo.

-¡No soy tan distraída!- gritó ella, con enojó.

El rubio, se cruzó de brazos al oír éso.

-¿No? ¿Quieres qué te recuerde quien fue la que se puso a llorar por creer que estaba embarazada?- preguntó, haciendo que Marinette gruña, molesta.

Él no se iba a olvidar de éso tan fácil, ¿verdad?

La chica, miró a la farmacia, recordó lo que había que hacer y se tocó el vientre antes de mirar a su amigo quien seguía de brazos cruzados, con su mirada hacía un costado mientras ignoraba las miradas de las personas por verlos vestidos así.

La ojiazul, sonrió al pensar en una idea.

-¿En verdad estás discutiendo con una mujer a la que tu dejaste embarazada?
Creí que el hombre al que me entregué era alguien mejor pero ni siquiera me ama.

Dijo con drama fingiendo mientras las miradas enojadas se dirigían a Adrien quien se asustó por éso.

¡¿Ésa chica está loca?!

Se acercó a Marinette y la agarró de los hombros mientras ella miraba a otro lado, haciéndose la víctima.

-¡No digas ésas cosas en voz alta que llamas la atención!
Además aún no sabemos sí estás esperando un hijo, ¿recuerdas?

Sí las miradas fuesen golpes, todas las miradas de desprecio que estaban sobre él, ya lo hubiesen dejado tirado en el suelo, agonizando.

-P-pero... es vergonzoso y... se supone que los dos estamos en esto, juntos.- exclamó la chica con voz algo tímida.

Adrien, se relajó y suspiro profundo.

Ése era un simulacro y sí pasase por éso, no dejaría a Marinette solá, en ningún momento.

-Tienes razón.- habló mientras bajaba su mano y tomaba la de Marinette, quien la tenía cubiera por el saco de detective ya que era muy grande para ella.- Estamos en esto juntos, así que los dos pasaremos. - aclaró con una sonrisa amable.

Las mejillas de Marinette se ruborizaron ligeramente y asintió antes de ponerse al costado de Adrien, sin soltarse las manos.

Los dos, miraron a la farmacia otra vez y se miraron entre sí antes de asentir y pasar.

Hora de comorar el test de embarazo.

Una vez adentro de la farmacia, la farmacéutica sonreía nerviosa ya que además de los dos recién llegados, había varios otros vestidos de la misma manera.

Marinette y Adrien se miraron y recordaron que sus compañeros de clases también estaban en la misma situación que ella y ésa era la farmacia a la que la maestra les ordenó ir.

-¿Marinette? ¿Adrien? ¿Son ustedes?

Preguntó Alya, la única persona que estaba con su ropa normal.

Los dos nombrados, la miraron con asombro.

Debieron de sospechar que Alya no tendría miedo en ésa situación.

-¿C-cuánto sale las pastillas para la presión?

Preguntó un asustado moreno, para sí mismo, vestido como detective mientras temblaba de miedo.

Adrien y Marinette sintieron pena por él.

Alya no tenía por que tener miedo, pero Nino... fue un placer conocer a Nino.

-¿Qué están comprando, tomaditos de la mano?- preguntó la de anteojos.

Los dos, se miraron las manos y se soltaron, nerviosos.

Se les olvidó que estaban así.

Marinette, se acercó a su mejor amiga con una sonrisa.

-Lo mismo que ustedes, estamos por comprar un t...

Antes de que pueda terminar de hablar, Adrien le cubrió la boca con una mano, haciendo que Alya niegue con la cabeza.

-¿No le dijiste todo, aún?- preguntó, dirigiéndose al rubio.

Adrien, soltó a Marinette quien lo miró con curiosidad.

-Bueno... podemos confiar en Alya por está vez, así que te lo diré aquí.
N-no podemos decirle a nadie a que vinimos o irán con el chisme a la escuela, quien se comunicará con nuestros padres y le daran las noticias de golpe.
No quieres éso, ¿verdad?

Marinette, se dio cuenta que éso sería mucho peor sí la escuela lo informaba así que negó con miedo.

Alya, rió levemente antes de levantar la mano en dirección de la farmacéutica que pidió el número que ella tenía.

-¡Aquí el 37! ¡Quiero un test de embarazo ya que creó que estoy esperando!- lo gritó a todo pulmón mientras a Nino parecía que le iba a dar un paró cardíaco y varios se comunicaban con el colegio.

Marinette y Adrien miraron a la parejita con lástima.

Aveces, Alya era un poco cruel.

Continuará...
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¡Hola! Otra vez.

Me entretuve escribiendo y sin darme cuenta, escribí éste capítulo entero.

Espero que no les molesté que ya lo haya subido.

Gracias por su tiempo.

Volveré...

Simulacro... ¿de embarazo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora