Deuda y pago

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Es de noche, en la casa de la criatura conocida como Amcu la mayoría de los habitantes de esta están dormidos en sus respectivas habitaciones. Un repentino toquido de la puerta retumba en la sala, dónde un chico llamado Aya, de tez clara y cabello negro se encontraba sentado al lado de Amcu, una criatura con el cuerpo compuesto de mitad humana, mitad animalesca, cara con rasgos ambiguos, pero con cierta presencia felina.

La chica abraza al joven mientras restriega su cara contra la mejilla de este. Ambos se encontraban sentados en el piso.

Amcu: ¿Quieres que vaya yo, o prefieres ir tú? Zaya, chiquitín.

Sin hacer contacto visual, el chico saca disimuladamente una navaja de sus pantalones y se levanta. Abrió la puerta y de manera apresurada y precisa posó el filo contra el cuello del visitante. El cual dejó escapar una pequeña carcajada, pelo azul, ojeras y una sonrisa adornaban el rostro de un visitante con cara pálida y expresión despreocupada. Tomó la mano con el arma, y acariciando una de las mejillas de Aya mientras rompía su propia camiseta al pasar la navaja sin dudar desde el pecho al vientre, el visitante susurró en un tono calmado y sensual.

Visitante: Vamos Aya, este tipo de bienvenidas son algo bruscas. Esperaba algo más emotivo y menos violento.

Amcu desde el piso se sintió extrañada y con la sospecha de que algo de mal gusto fuera a pasar, habló.

Amcu: ¡Erick, ya te he dicho que no juegues así con él!

Durante la pronunciación de esa última oración, Erick se las había arreglado para acercar sus labios a los de un paralizado Aya.

Una especie de aura azul rodeó al indefenso joven y lo arrastró hasta los brazos de la chica.

Erick: Le quitas lo divertido a esto...

Una línea de sangre se veía recorrer la parte superior del peli-azul y llegar a su vientre marcado. La herida cerró en cuestión de segundos y la sangre se evaporó rápidamente dejando tras de sí una esencia fuerte, pero relajante. Dando unos pasos dentro de la casa, este empezó a posar su mano sobre el cierre de su pantalón y abrirlo lentamente.

Erick: O a lo mejor me estoy equivocando y quieres ser parte de la fiesta... No tengo problema en que participes. No es correcto por mi parte... juzgar tan rápido la situación. Es desconsiderado no esperar a que me lo ofrezcas. Pero es que estoy algo, "hambriento".

Con una sonrisa pícara y un sonrojo aleja un poco la mirada. La mirada de Amcu era de confusión e incomodidad mientras apretaba a Aya contra ella.

Amcu: Eh... Creo que andas confundi-

Erick procedió a negar con la cabeza: Ah-ah-ah, yo sé lo que dije, y muy seguro, por cierto. Ahora, démonos un bocadi-

Un azote a la puerta interrumpe la conversación, otro personaje se une a la pequeña "reunión" que se encontraba en curso. Esta persona era parecida en cierta manera a Aya, pero sus ojos y expresión diferían. Este en vez de seriedad, emanaba algo de inquietud, una sonrisa suave y expresión fija con los ojos bien abiertos le distinguía. El nombre de este es Tari.

Tari tenía un tono de voz que transmitía emoción, casi se puede decir que era confuso, no se podía saber si era felicidad o un sarcasmo cínico y extraño.

Tari: Lo único que tragarás esta noche son tus palabras, uno que otro diente ensangrentado, y unas cuantas patadas que te suministraré por el ano.

Erick: Vamos, no tienes porqué ponerte así. Si aquí todos nos conocemos nuestras mañas.

Tari: A nosotros no nos metas en tu sucio círculo de "amigos", Amcu será amable contigo, pero no quiere decir que...

La mirada de Tari se dirigió hacia Amcu la cual evitó el contacto visual, aunque se veía que no estaba de acuerdo del todo con Tari.

Between Powerful FeelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora