LOS ELEGIDOS.
CAPITULO 1: Oficial Mc'kenzie.
—Vamos,Matt,no seas gallina.—Le dije chocando mi puño en su hombro y él me miró con desaprobación.
—Sabes que odio hacer esto...—Me susurró con el ceño fruncido— ¡Además, me engañaste para venir aquí!.
Rodé los ojos ante su tono frustrado.
—No te engañé, que pusiera en el mensaje "Te tengo una sorpresa, te veo en el parque" no significa que esa sorpresa será buena...—Él me lanzó una mirada fulminante.
—¡Jugaste conmigo! Sabes que adoro las sorpresas...
—Y lo usé en tu contra—Le guiñe un ojo burlona.
—¡Agh!.
—No seas nena y distrae al guardia—Lo empujé un poco ganándome otra mirada asesina.
Él caminó con paso indeciso hasta quedar frente al guardia de la recepción de la comisaría.
—¿Qué haces aquí, niño? Son las 8:45pm—Dijo el guardia de brazos cruzados mirándolo fijamente, intimidando a Matthew.
—Eh...—Murmuró —Vengo a pagar una fianza...
—¿Nombre?.
Todos los de la celda se abalanzaron a los barrotes, comenzando a gritar sus nombres con la esperanza de que Matt les pagara la fianza.
—¡Cierren el hocico! —Les gritó el guardia con irritación pero ellos lejos de hacerle caso siguieron gritando.
Matt se volteó hacía mi ,al ver como el guardia se levantaba para golpear los barrotes con molestia, para decirme con la mirada que pasara rápido junto con unas señas raras. Asintiendo corrí agachada y haciendo el menor ruido posible hasta la oficina del oficial Mc'kenzie. Entré sin problemas y miré a mi alrededor sacando la llave de mi bolsillo trasero. Me acerqué rápidamente a ese escritorio que tanto conocía y abrí con la llave el tercer y último cajón para ver esos hermosos papeles prolijamente guardados en un folio. Los tiré al escritorio y los saqué para poder leer los títulos y asegurarme de que era lo que buscaba.
"15 adolescentes desaparecidos en Quebec, Canadá".
Sonreí satisfecha metiéndolos en la mochila y cerrando el cajón para luego seguir buscando en las repisas. Agarré una de las carpetas que se titulaba "C.N.R" que era de los casos que no fueron resueltos. La abrí y busqué los más recientes.
“William, un chico de 16 años, ha desaparecido el diciembre 29 del 2018. Sus padres declararon que se fueron de viaje por unos días y al volver no lo encontraron a él pero, en cambio, encontraron los espejos de su habitación rotos y sangre a montones, por lo que los investigadores creen que fue un intento de suicidio pero se encontraron pruebas de que alguien a irrumpi...”
Me sobresalte asustada cuando una mano cerró la carpeta de golpe. Levanté la mirada lentamente para encontrarme con la mirada furiosa del oficial Mc'kenzie. Miré detrás de él, donde estaba Matt mirándome aterrado.
—Sharon ... —Murmuró enojado— ¿Qué haces en mi oficina?¡Te dije que no quería volver a verte por aquí!.
Me encogí en mi lugar al escuchar su grito, no era la primera vez que estaba allí para robarle algunos papeles sobre desapariciones o asesinatos, ¡iba a devolverlos! Pero él nunca me escucha.
—Papá, yo...—Me interrumpió con otro grito.
—¡No quiero más escusas, Sharon!¡Estás castigada!—Me apuntó con el dedo índice —Y no quiero volver a verte aquí,¿Entendido?.
Aparté la vista sin contestar.
—¡¿Entendido?!.
—¡Solo quiero encontrarla, mierda!—Le grité con lágrimas en los ojos.
—¡Ya hablamos de esto, Sharon!¡Y prometiste que no volverías a meterte en esto sí yo...
—Sí tú me informabas sobre todo lo que ocurría respecto a ello.—Finalicé la oración sintiendo como las lágrimas de rabia amenazaban con salir.—Pero jamás volviste a hablar sobre el tema, y tú y yo sabemos que me ocultaste información todo este tiempo.
Él se me quedó viendo fijamente, inexpresivo, haciendo que no pudiera adivinar lo que estaba pensando.
—Sólo...dejame ayudarte en esto—Murmuré suplicante.
—No necesito tu ayuda para hacer mi trabajo, ya te lo he dicho.
—Pues, no lo haces muy bien que digamos —Dije entre dientes y Matt me miró aterrorizado.
—¡Vete a casa ahora mismo!—Gritó y yo antes de irme dije:
—¡Sarah no estaría desaparecida si tú te hubieras tomado el tiempo de quedarte en casa para cuidarnos de esos hijos de perra!¡Todo esto es tu maldita culpa!—Grité con rabia.
Lo esquivé y salí por la puerta secando mis lágrimas con brusquedad y llevándome a Matt de la manga de su chaqueta a arrastras. Salimos de la comisaría y yo seguí caminando a paso firme, apretando los puños y clavando mis uñas en las palmas de mis manos, tratando de obligarme a no llorar. No me vería débil, no lloraría, llorar no hará que Sarah regrese...
—¡No camines tan rápido! —Se quejó Matt y yo rodé los ojos bajando la velocidad.
—Hey...no estés así con tu padre, él solo quiere lo mejor para ti.—Me frenó tomando mi mano y haciendo que lo mire a los ojos—y lo mejor para ti es dejar de meterte en asuntos policiales,¡Solo tienes 17 años!.
—Solo quiero encontrarla, ¿Sabes lo difícil que es perder a tu hermana?—Murmuré mirando el suelo—Y lo peor de todo es que no es culpa de él, sino mía... Mi maldita culpa, si yo no...
—No es tu culpa, Sharon. No es culpa de nadie mas que esos hijos de puta.—Dijo abrazándome fuertemente, Me aferré a él tratado de contener las lágrimas que amenazaban con salir.
[...]