Te elegí - Caspian x Edmond

1 - Siendo Rey

Esta sera una historia corta que salio del pensamiento que cruzo al ver las películas de nuevo "Que hubiera pasado si Edmond no delataba el campamento?" "Y si el se enamorara de Caspian también?" 

Espero les guste mi pequeña historia. 

Nota: En esta parte le puse "Lobo" al zorro que conoce a Edmond en la cascada, confusión mía, así lo dejare, pero están avisados de mi pequeño error. 

Además encontré que se llama Renart, al comenzar la historia no lo sabía, debí cambiar el nombre al saberlo, ustedes si sabían su nombre?

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Ubicación en tiempo: Los hermanos Pevenci acaban de llegar al campamento de Aslan, Edmond esta con la bruja en el río que acaba de descongelarse. 

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Los lobos soltaron a su semejante frente a la bruja y el hijo de Adán cautivo, el recién llegado lobo soltó un pequeño sonido lastimero, la bruja se acercó a él.

- Hallamos al traidor - anuncio el líder de los lobos - juntaba a sus enemigos en el bosque tembloroso. 

- Ah, que amable en venir, anoche ayudaste mucho a mis lobos quizá me puedas ayudar ahora.

El lobo levantó la mirada momentáneamente y la bajo de nuevo.

- Perdóneme, su majestad. 

- No desperdicies mi tiempo en halagos - dijo la bruja.

El lobo la miro molesto.

- No es que sea grosero, pero no le estaba hablando a usted. - miró a Edmond y la bruja le dedicó a este una mirada de desdén.

Edmond le agradeció el gesto con la mirada y una leve inclinación. La bruja se acercó al lobo apuntando con su cetro.

- ¿A dónde se dirigen los humanos?

El lobo calló, la bruja se preparó para congelarlo, pero Edmond se puso en medio, el lobo lo empujó al río, cayendo ambos al agua, antes de caer Edmond por impulso se sujetó del cetro, llevándoselo consigo.

La bruja reaccionó al sentir que su arma dejaba sus dedos, trato de tomarla, pero fue tarde, el muchacho se lo llevó al agua.

- ¡¡Vayan por ellos!!

Ordenó a los lobos, éstos salieron a toda velocidad a las orillas del río, siguiendo el avance de los dos fugitivos.

Edmond salió a flote tratando de no soltar el objeto en sus dedos, busco al lobo, este salió a la superficie nadando hacia él.

- Bien hecho, su majestad. Ese cetro es muy importante para ella. 

- Gracias, creo.

Siguieron la corriente y cuando llegaron a un punto donde podían escapar de los lobos con una buena ventaja se acercaron a la orilla corriendo entre los árboles.

- En el valle que se forma entre las montañas que se ven al frente están sus tropas, su majestad. Ahí estará a salvo. 

- Estaremos. – corrigió y el lobo lo miro con sorpresa y después cariño. 

- Gracias majestad, mi nombre es Renart, no se lo había mencionado. 

- Edmond Pevenci, no me llames majestad, soy un traidor – contesto con la mirada perdida en sus pensamientos, Renart se acercó y lamió su mano. 

- Ya no. – le aseguro.

Edmond asintió mostrando una pequeña sonrisa y siguieron corriendo, una idea cruzó su mente.