Capítulo 1 "En el que Jin Guangyao regresa, perras"

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Lo último que vio , es el cadáver feroz de su ex hermano jurado rompiendo su cuello.

Lo primero que vio después de eso, un Narciso.

Jin Guangyao apenas puede creerlo.

Sabía que no debería estar vivo, tendría que estar muerto. Por los dioses... ¡le habían roto el maldito el cuello! También había perdido su brazo, ¿Entonces como demonios es qué ahora lo tenía? Y lo más importante ¿En donde se encontraba?

Lo primero que se le ocurrió fue que podría tratarse del más allá, pero de inmediato descartó esa posibilidad.
No tenía sentido. El lugar en el que estaba, era en definitiva hermoso, algo que no concordaba con lo que merecía.

Si su alma fuera hacia "la otra vida" , definitivamente no sería al cielo, sería al infierno.

Así que no. No podía estar en el más allá.

El lugar en el que ahora reposaba estaba bañado por la luz de la luna. Adornado por hermosos y extraños árboles nunca antes vistos, y por una infinidad de Narcisos que rodeaban todo el lugar. Jin Guangyao nunca había visto algo tan hermoso.

—Veo que es de tu agradado mi pequeño y humilde hogar.  — escucho decir a un hombre detrás de él.

De inmediato Guangyao volteo, encontrandose con la mirada penetrante de un chico pálido y de inegable belleza. Sus ojos, rojos como la sangre. Su piel blanca como la nieve, y su cabello del mismo tono rojizo que sus ojos. Vestia de túnicas igualmente rojas, cubiertas por adornos elegantemente brillantes color plata.

—¿Quien eres? —decidió ir directo al grano.

El chico sonrió con cierta malicia y respondió. — ¿Hace falta decirlo? Creo que ya has llegado por ti mismo a la conclusión, la inteligencia fue tu mérito más grande.

—¿Es así? —se burló. —De ser cierto , ahora mismo no estaría muerto. 

El chico volvió a sonreír y asintió. 

—Así qué, dime, para ser exactos —Guangyao prosiguió —, ¿Cuál es el nombre del dios frente a mí?

— ¿Te cuesta tanto adivinar? —el dios se jacto —Tengo entendido que soy bastante famoso entre ustedes los humanos, algunas historias falsas, otras con un poco de verdad. Pero casi todas concuerdan con la apariencia de mis vestiduras. Las cuales, debo decir, revelan con bastante facilidad mi identidad. Entonces preguntemos de nuevo ¿Quien soy? Ya lo has adivinado ¿Porque el temor a pronunciarlo en voz alta?

—Nunca creí en ti —admitió. —, o al menos nunca quise creer en lo que representabas.

—¿Me odias? —preguntó con diversion el dios.

—Te odio. —confirmo Guangyao. Un nudo formándose en su garganta. —Nunca quise creer en la existencia de un ser tan gilipollas  que controlaba el destino de todas las personas. — se burlo— supongo que realmente quería creer en que yo podía cambiar las cosas, sin tener que esperar la voluntad de lo que ya había sido escrito de antemano por un jodido dios como tú.

—Que boca..  —reprochó el dios. —, aunque supongo que es un poco comprensible tu enfado.

—¿Un poco comprensible? Por supuesto que lo es ¡Es tu jodida culpa que mi "destino" haya sido una mierda!

—Ahí es donde te equivocas.—contrario divertido el dios —Yo no les doy solamente una opción. Siempre les otorgó un sin fin de posibilidades para que eligan la que mejor les parezca, no es mi culpa si elijen las peores opciones.

—.....

—Al final, si tu "destino" fue jodidamente malo. Fue por tu elección.

—Entonces ¿que?  ¿Debo pedirte perdón por no aprovechar lo que me ofrecias? ¿Pará eso estoy aquí?—cuestionó con furia —¿Quieres castigarme por la mierda de vida que “elegi“?

NarcisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora