S W E E T B A B Y

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bésame otra vez que todo empieza
bésame que ardo todavía

Aún estaban grabando Produce X 101 cuando por algún motivo su relación (hasta antes de ese momento amistosa) con Seungwoo había llamado la atención de los televidentes, quienes comentaban en redes sociales y artículos con sus nombres en ellos lo tierno que se veían con sus dinámicas de padre e hijo. Pobres e inocentes personas que no sabían la clase de relación que ellos mantenían cuando la cámara se apagaba.

Cuando conoció a Seungwoo en las audiciones no le pareció alguien tan interesante. Tal vez se debía a sus excesivos nervios por no olvidar la coreo después de escuchar que los chicos de Stone Music harían la misma canción, o por las quince horas de rodaje que llevaban, pero solo comenzó a mirarlo cuando fue trasladado a la clase A y el mayor lo ayudó a practicar sus notas altas. Cuando fue seleccionado como centro de la canción titulo se la pasó toda la noche sin dormir mientras practicaba la coreografía, y el mayor le compartió un paquete de galletas como desayuno a las cinco de la mañana. Fue ahí cuando realmente pudieron acercarse.

No sabe cuando es que le empezó a gustar de verdad, ni por qué. La verdad es que no había un motivo en específico. Le gustaba la forma en la que el mayor hablaba de su grupo, y se sonrojaba cada vez que apretaba sus mejillas llamándolo lindo. Su pelo largo que le cubría los ojos lo enternecía a pesar de que fuera un par de años mayor y se derretía cada vez que lo escuchaba cantar. Sin darse cuenta terminó viendo presentaciones de Victon en su celular una madrugada y buscando cualquier tipo de información disponible sobre Seungwoo para intentar impresionarlo.

Dongpyo era un chico bonito, y lo sabía desde que tenía cuatro y todas las señoras mayores de su vecindario se agachaban a apretarle las mejillas y darle algunos caramelos cada vez que acompañaba a su madre al mercado. Y se aprovechaba de eso, como cualquier chico de dieciséis años lo haría en una competencia como esa, o con alguien a quien quisiera conquistar.

Poco a poco fue dejando pistas sutiles, tirando comentarios tontos y coquetos y abrazándolo o actuando como un niño cada vez que tenían un descanso. Y debía decir que estaba orgulloso de si mismo, porque para la misión de posiciones había logrado lo que quería.

Estaban solos, sentados en el suelo del cuarto a prueba de sonidos cuando ocurrió. El resto de aprendices en el equipo de Seungwoo estaba durmiendo, y su grupo de baile estaba tomándose un descanso, comiendo una pizza a las dos de la mañana en el estudio. Sabía que las cámaras no estaban grabando porque no había una luz roja que lo indicara, así que se arrodilló frente a su mayor y quitó la hoja con la letra de la canción de su mano.

—¿Que sucede?

Seungwoo lo miró a los ojos y Dongpyo se armó de valor, chocando su boca con la suya en un casto beso del que terminó tan rápido como había comenzado.

—Lo siento hyung, yo-

Las palabras de Dongpyo fueron cortadas cuando Seungwoo lo tomó del brazo y lo volvió a acercar a él, chocando sus labios y cerrando los ojos cuando el menor se sentó sobre sus piernas para poder besarlo mejor.

bésame no dejes que me vaya
bésame que aún no llega el día

—Sabes que eso no puede volver a ocurrir ¿cierto? —Seungwoo habló mirando al suelo. —Eres un chico, y uno muy pequeño para mí.

Las piernas de Dongpyo colgaban lejos del suelo porque estaba sentado sobre la mesada de mármol en el baño del centro de entrenamiento. Debía ser la media tarde a juzgar por la pequeña ventanilla alta que dejaba ver la luz del día en la pared izquierda de la habitación, pero no tenían forma de saberlo porque no había ningún reloj en la sala de prácticas y les habían quitado sus celulares cuando descubrieron que alguien estaba filtrando información. Dongpyo no contestó y siguió balanceado sus piernas con un pequeño puchero asomándose en sus labios.

Sweet baby [ Seungpyo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora