31 Días con el VHope

|Anillo|

Nada que decirles, en realidad, solo que lo aprecien porque me costó hacerlo (Porque lo hice hace un rato. Muero)
Disfruten;)

Anillo

Kim TaeHyung estaba desesperado, elegir un anillo no era nada fácil para él, veía cientos de sortijas, unas de oro, otras de plata, con diamantes, de muchas cosas, todas eran preciosas, el problema era, ¿Cuál anillo se llevaría? La señorita que lo atendía también estaba cansada, tenía una sonrisa genuinamente falsa y pareciera estar molesta con el hombre indeciso, la pobre mujer había sacado las mejores joyas de la tienda, desde las más baratas hasta las más hermosas y caras, pero parecía que TaeHyung quería comprarse toda la tienda.

HoSeok, pensó, ¿Qué le gustaría a HoSeok?, hizo un ruido de desesperación y luego tiró de sus cabellos negros, esto era difícil.

¿Cuánto llevaba ahí? ¿Una hora? ¿Dos? No lo sabía ya, solo sabía que las piernas estaban por fallarle e iba a caer de trasero contra la cerámica del suelo, la señorita se retiró a atender a otros clientes mientras que TaeHyung seguía viendo las sortijas.

¡Pero piensa en HoSeok!, HoSeok, su HoSeok, el era de cualquier tipo de regalos, ¿Y si compraba uno barato y no le gustaba? ¿Y si quería uno caro? ¿Uno con una gema o un mensaje grabado en su interior?

Difícil.

Un pensamiento vino a él, cuando le regaló una pulsera simple a HoSeok, ¿Cómo había reaccionado cuando le regaló su pulsera de liguitas que él mismo hizo a su precioso novio?

— ¡Tae! No tenías que hacerlo —Tomó el regalito y se lo puso al instante, hizo un pucherito al ver que le quedaba excesivamente grande, pero sonrió con dulzura.

— ¿T-te gusta? —Tae estaba pintado de colores rojos en la cara y jugueteaba nervioso con sus manos, había tardado como tres días en hacer esa pulsera.

— ¿Si me gusta? —Tae ya iba a echar a llorar—, ¡Me encanta! ¡Amo los colores, todo, amor! —Lo abrazó por el cuello— ¡Gracias, gracias, gracias!

Y terminó el recuerdo, TaeHyung sonrió como enamorado, una simple estaría bien, ya tenía una en la mira, una simple de oro con un pequeño diamante arriba. Sí, era pre... ¡El quiere una cara y con un diamante enorme, no una pequeña!, dijo una voz en su cabeza.

Se besaban con fervor, enrollando sus lenguas y danzando hacia la cama detrás de ellos.

HoSeok y TaeHyung habían tomado algo de vino ese día, ya no recordaban por qué, solo sabían que era hora de darse mucho amor.

El mayor tumbó al pelinegro en la cama y se arrastró sensualmente hacia él, TaeHyung tragó duro, veía como esas caderas se meneaban de lado a lado con gracia. Oh, Dios, su pene ya estaba despierto y preparado. HoSeok se sentó en su pecho, sin tocar la sensible pelvis del menor, su mano delgada viajó al amplio pecho, acariciando sobre los botones de la camisa de su novio, gimió cuando TaeHyung lo tomó de la cintura y lo obligó a retroceder, clavando su culo en su erección.

— ¡Tae! —HoSeok protestó, pero nunca volvió a su lugar.

— Lo siento, amor, pero... —Contorneó la cadera e hizo fricción con el pomposo trasero de su amante, arracándole un gemido agudo y alto— ya no aguanto —Su voz había bajado varios tonos, una voz ronca y áspera salió desde el fondo de su garganta haciendo temblar al pobre HoSeok.

A partir de este momento, todo se volvió candente, las ropas desparramadas en el suelo y una hermosa voz como música de fondo, chapoteos fuertes y gruñidos descomunales adornaban la habitación de TaeHyung.