chanbaek

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chanyeol era mudo.

el nunca socializaba con nadie que no sea o sus mejores amigos o su familia, ya que a veces la gente no entendía su forma de comunicarse.

le dolía el saber que su única forma de comunicarse era casi irreconocible para las personas.

acostumbraba a ir a distintos lugares con distintos artistas en ellos, bares, teatros, etc.

le encantaba la forma en la que los cantantes se expresaban con notas altas, con murmuros acompañando a una hermosa melodía.

le encantaba el simple hecho de ver a alguien cantar.

disfrutaba de la voz de las personas, independientemente de los aguda o grave de la voz. se sentía con un sentimiento de felicidad el saber que tenían muchísimas más oportunidades que él con el simple hecho de hablar.

siempre concurría los mismos bares, pero había uno en especial, donde habían distintos artistas, bailarines, cantantes, hasta poetas, exhibiendo sus más hermosas creaciones.

era un bar que podía convertirse fácilmente en una compañía de estrellas, según chanyeol. contenía a un chico de hermosas voces, una muchacha de conmovedores poemas y a un excelente pintor, amante de lo
referente a ésta.

nunca se había tomado el tiempo de fijarse en esos artistas, escuchaba lo que tenían para decir -o lo que cantaban- y luego se iba, volviendo a su aburrida rutina.

pero ese fin de semana, cuando chen y sehun no podían salir con el, y estaba sólo en aquella mesa, había cambiado la mayoría de las cosas.

el conocía aquella voz.

reconocía lo aterciopelada que se sentía al oído humano, lo bella que podía reconocerse y las bellas pinturas que podrían pintar referente a la voz del muchacho de rosados cabellos.

estaba sentado en la misma mesa de siempre, escuchando los poemas de aquella chica que reconocía como ryujin.

si, probablemente si tomó el tiempo de escuchar el nombre de la joven poeta.

pero no estamos enfocados en ella.

luego de recitar aquellas bellas palabras, de recibir una ronda de aplausos, ryujin bajó de el pequeño escenario, haciendo que su compañero entrara.

era el cantante.

esta vez chanyeol estaba más enfocado en los artistas, si fijaba en sus rostros, expresiones, trataba de deducir que pasaba por aquellas creativas cabezas.

--hola, hoy cantaré una canción compuesta por mí.--sonrió con timidez.

al escuchar la primera estrofa de la canción compuesta por aquel ángel, -porque así lo veía chanyeol- sintió que algo dentro de él se removía con intensidad.

era emoción.

quería seguir escuchando por años aquella melodía, aquella canción, aquella preciosa voz.

luego de que terminara su canción el muchacho de rosada cabellera bajó del escenario, yendo hacia los pequeños camerinos.

chanyeol se había quedado hasta que el saliera.

y cuando lo hizo, entró en pánico. no sabía que hacer, o como hacer algo, había olvidado hasta la simple "a" del alfabético de señas.

--¿puedo ayudarte?--el cantante se acercó a aquel alto desconocido que había entrado a verlo a él y a sus compañeros.

--no creo que me entiendas, pero quiero saber tu nombre.--formuló en lenguaje de señas.

--si entiendo, y mi nombre es baekhyun.--respondió de la misma forma.

chanyeol se quedó algo sorprendido al saber la nueva habilidad de baekhyun.

--y, ¿me quisieras dar tu número?--esta vez habló baekhyun, sonriendo transmitiendo confianza a aquel muchacho.

--si, y mi nombre es chanyeol.--hizo las señas de una forma un poco torpe, buscando su teléfono entre sus bolsillos.

lindo, había pensado baekhyun.

chanyeol le entregó el aparato, haciendo que el contrario anotara su número, sonriendo en el proceso.

--espero que me hables, chanyeol,--chanyeol se sintió morir.--vamos afuera que ya están por cerrar.--lo tomó de la mano para llevarlo fuera de aquel local.

--espero vernos pronto.--formuló baekhyun antes de despedirse con un beso en la mejilla y correr avergonzado.

y chanyeol se había paralizado.

sintió el amor con aquel beso.

y quizás no hacían falta palabras para reflejar lo que uno puede sentir.

quizás el sólo necesitaban el número de baekhyun, un beso en su mejilla por parte de él y su amabilidad, para darse cuenta de que ya había caído por aquel chico.

quizás sólo necesitaba de baekhyun.

pero sólo quizás...







seis;; seis corazones enviados para dar paso a millones más.

one shorts;; miruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora