―Señora Holzner ―dijo Lucas en el umbral del pabellón de Bruno―. ¿Puedo hablar contigo?
Amanda lo siguió un poco extrañada por tanta formalidad. Se dirigieron a un pequeño consultorio, él se sentó detrás del escritorio y le señaló a ella una de las sillas delante de él.
―¿De qué quieres hablar? ―Preguntó nerviosa.
―Me informaron que quieres llevártelo.
―Sí, bueno, el Doctor Sáenz nos dijo que tenemos esa opción. Estuve considerándolo y pienso que es lo mejor, mis suegros quieren hacerlo desde hace un tiempo y siento que debo escucharlos porque después de todo ellos están pagando los gastos de Bruno, bueno, técnicamente él mismo paga su tratamiento porque se usa la parte de la ganancia de la empresa que le correspondería a él...
Amanda parloteaba tratando de justificarse ante Lucas porque no quería que él interpretara su decisión como un intento de huir de él, aunque en gran medida, ese era el objetivo. Lucas por su parte se mostraba muy comprensivo y con gran serenidad dijo:
―Está bien, pero primero deben evaluarlo los especialistas. Si la opción es viable, se les brindará la orientación necesaria para que puedan cuidarlo en casa. Puede que el proceso tarde algunos días, pero lo mejor es no apresurarse.
Él se levantó para cerrar la puerta y luego volvió a sentarse tras el escritorio ―No te preocupes que no vas a tener que lidiar conmigo por mucho tiempo ―dijo con un tono de voz más íntimo.
―¿Por qué? ―Preguntó ella sorprendida.
―Tengo otra oportunidad de trabajo, voy a irme del país con una ONG.
―Lucas, si es por mí no...
―No es por ti ―interrumpió a la angustiada Amanda―, yo quiero hacerlo, la idea siempre me ha atraído y hace poco surgió la oportunidad así que voy a tomarla.
―¿Estás seguro que no es por mi culpa?
―Mira Amy, respeto tu decisión y quiero hacer lo que me pediste, pero me conozco, sé que si te tengo cerca voy a seguir buscándote y esperándote y sabes que eso no sería bueno para ninguno de los dos. Debes dejar que haga las cosas a mi manera. Me voy a ir lejos y voy a eliminar toda forma de contacto que tenga contigo. No intento herirte, simplemente no encuentro otra manera. Espero que puedas entenderlo.
Lucas no se atrevió a mirar a Amy mientras hablaba, una parte de él no estaba orgulloso de su decisión, pero debía mostrar firmeza.
―Me parece justo ―dijo ella y apartando el rostro para que él no viera cómo se le rompía lo que le quedaba de corazón―. Entonces haz tu acto de Houddini y que tengas una gran vida.
―Gracias... Espero que seas feliz Amy.
Sus miradas tristes se cruzaron. Los abrazos dolían mucho últimamente, así que ella solo se le extendió la mano ―Gracias por todo Doctor López.
ESTÁS LEYENDO
AMIGOS SIN DERECHOS
RomanceEl esposo de Amanda ha quedado en coma luego de un accidente en motocicleta. Por casualidad su marido, queda bajo el cuidado del Doctor Lucas Lopéz, quien solía ser el mejor amigo de Amanda, alguien por quien ella sentía una fuerte atracción y un...