Prólogo

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Miraba mis pies mientras se podía sentir la tristeza de las paredes de aquel hospital. La mano de aquel señor con cabello blanco estaba agarrando la mía, escalofríos recorrían mi espalda.

—Tranquila mosquetera, debes estar tranquila.

No podía, no entendia que es lo que pasaba y nadie me explicaba para poder entenderlo, era frustrante, yo con solo tenía 6 años ¿tan difícil era explicarme?. Entramos a una recámara y enseguida puede ver a los rostros de mis hermanos, los cuatro estaban llorando haciendo que mi labio empezara a temblar. Algo no está bien.

—Mi niña, acercarte —mi mamá me llamo, estaba conectada a mucho cables y su voz sonaba cansada—. Debemos despedirnos, ya es hora de que me vaya y perdóname por no poder aguantar mas, pero estoy muy cansada, ya no resisto.

—¿Mami? ¿De qué hablas? ¿A dónde vas? —poco a poco empecé a llorar silenciosamente.

—No se a donde vamos después de esto, pero se que tus hermanos estarán para ti y tu seras el Pilar de esta familia, eres única ni niña, no lo olvides.

—Mami, tengo miedo, no se que esta pasando.

—Es bueno tener miedo Mady porque es nuestro mejor ayudante a la hora de decidir, enserio perdóname.

—No se que tengo que perdonarte...

—Te Amo, a ti y a tus hermanos —un ruido de una máquina empezó a sonar, los llantos de mis hermanos empezaron a sonar más fuerte y por un momento entendí que estaba pasando.

—No, mi mamá no ¡Mamá! ¡Tu no! —mis ojos eran dos mares grandes con olas gigante que se desbordaban.

—¡Luck no, nuestra mamá no! —esa era Shirley golpeando y tratando de acercarse a mi mamá.

Todos lloraban y no me notaban, lloraba el silencio mientra agarraba su mano. Los castaños lloraban mientras trataban de agarrar a las rubias para que no hicieran una locura.

—Liam ¡Dime que no es cierto! ¡Mamá despierta! ¡Te necesitamos, no te puedes ir así! ¡Te necesito! ¡Mamá! ¡Por favor!

Me congele, deje de llorar, no podía mover ni un músculo y me asusté. Nadie me notaba y no podía hablar.

¿Acaso iba a quedarme ahí congelada?

¿Por qué nadie me notaba?

Tarde unos minutos en reponerme, voltee a ver a los lados y todos lloraban, salí corriendo de aquella habitación. Mis pasos eran apresurados y escándalosos hasta que...

Mi cuerpo aterrizó en el piso.

—¿Estás bien? —un niño de ojos verdes me miraba mientras me ayudaba a levantarme.

Solo asentí.

—Perdona, no mire por donde iba. Mi mamá me dijo que fuera a una habitación, pero me perdí —cuando dijo "Mamá" unas lágrimas salieron—. No llores ¿A casó te lastimaste?

—Mi mamá se acaba de mor... —el llanto llegó y el me abrazó, parecía tener mi misma edad, dos niños abrazándose y no se conocían.

—¿Estás sola?

—Al parecer si...

No me imaginaba que en realidad desde ese momento estaría sola, tomaría mi camino y tendría que enfrentar todo yo sola, después de todo es Yo contra el mundo.

Yo Contra El Mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora