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.Parte dos.

Después de una larga siesta, revisé la hora en mi teléfono. Era muy tarde, así que bajé  si había algo de comer.

—Ella ya no es la misma, nosotros tampoco lo somos, no podemos decirle que se sienta cómoda cuando no nos comunicamos con ella todos estos años.

—Liam tiene razón, ya no es una niña de 6 años, nosotros ya somos mayores de edad. Tiene que saber que está pasando —Entre a la cocina, que era donde estaban hablando.

—¿Saber qué? —Me miraron sorprendidos a excepción de Liam.

—Vaya, tantos años y no sabes respetar conversaciones ajenas.

—Si, supongo que fueron estos 10 años. Liam, siempre tan cariñoso.

—Es algo extraño que nos reconozcas, varios tardan en hacerlo —lo dijo que si fuera una persona cualquiera.

—Es fácil, Shirley tiene ese aire de niña buena y bondadosa, Stephanie tiene el mechones de cabello teñido de rosa lo cual se que es algo que Shirley nunca haría. Luck es divertido y sus ojos son más claros que los tuyos, tú y las pecas que tratas de esconder te delatan. Son fáciles de leer y reconocer.

—Ya no somos los mismos Madelyn —la voz de Luck llego a mis oídos—. Ya no somos aquellos niños inocentes.

—Lo sé.

—Entonces no digas que somos fáciles de leer porque no sabes ni la mitad de lo que nos ha pasado —por primera vez hablo Stephanie.

—Claro, se me olvido que ustedes sufrieron la muerte de nuestra madre. Es curioso, por un momento pensé que yo había sufrido por ello, que va, ustedes me ganan ¿No es así?

—Lo sentimos por eso.

—Tranquila Shirley, es algo del pasado. Ahora que recuerdo y que por lo visto es lo que quisieron hacer desde el principio ¿Qué querían decirme? —trataron de provocarme y cambiar el tema, pero no soy tonta. Nadie quiso hablar— Exijo que me digan que rayos está pasando.

—Marck no aparece, lleva tres meses así.

Marck Black, millonario Alemán y uno de ellos empresarios más prestigiosos de Estados Unidos. En conclusión, nuestro padre.

—¿Les dijo algo antes de irse? —Todos negaron, pero uno se me hizo sospechoso— Vamos, dilo —todos me miraron, mientras miraba sus ojos directamente—. No sabes mentir… Luck.

Todos lo miraron —No era mi intención escuchar, el estaba hablando por teléfono y en voz baja “¿Sigue dando problemas? Vaya, ese chico si que está siendo un estorbo. Iré, yo mismo hablaré con el” es todo lo que dijo.

—Esto cada vez es más confuso —La rubia teñida se tapó la cara con frustración.

—¿Saben si estaba metido en algo turbio? —me miraron, sabía que sus miradas eran porque me juzgaban por lo que hice.

—Por eso te sacamos del internado, sabemos lo que hacías y se que puedes ayudarnos.

—La pregunta es ¿Por qué quieren buscarlo? Si es lo que pienso, no quieren meterse en eso.

—Antes de todo, recibimos una carta que decía que vivíamos en un engaño y que el era el culpable de nuestras desgracias —mire el suelo, algo no estaba bien— el es el único que puede darnos respuestas.

—Lastimosamente se confundieron de persona…

—Se que desde lo de —me miro sin saber que decir—, lo que paso con tu Amigo cortaste todo tipo de relación col eso.

—Y pienso mantenerlo así.

—Mi amigo nos puede ayudar iría solo yo, pero es algo que todos tenemos que saber y por lo visto estamos siendo vigilados así que si vamos todos seremos un blanco fácil —Stephanie habló— Abra una cena esta noche, podemos ir sin ser sospechoso.

—No se si es confiable —su mirada era dura.

¿Qué habrá pasado con ella?

—Es de confianza, lo aseguro.

—Esta bien, iremos a la fiesta —todos asintieron— ¿Alguien sabe de mi llegada? ¿Al menos saben que existo?

—Imaginó que si saben de tu existencia, pero nunca has aparecido en los medios, prácticamente no saben cómo eres. Nadie sabe sobre ti.

—Perfecto, necesitaré mi motocicleta —Liam asintió—. Es mejor si paso de desapercibida, así podré escuchar todo.

Me di la vuelta dispuesta a irme, hasta que pronunciaron mi nombre.

—Habrá personas…

—Lo se, se lidiar con ello.

En mi recámara revisé las maletas buscando algo para usar hoy, lastimosamente era una cena elegante así que me pondría un vestido negro. Casi oscurecía así que empecé a arreglarme.
Después de ponerme el vestido y unas zapatillas,  me puse algo de maquillaje pero sin exagerar. Me miré al espejo, mi cabello rubio oscuro tenía unas ondas en las puntas, mis ojos verdes se veían más grandes con el maquillaje.

Al parecer todos se fueron, se que dirán ¿Piensas manejar la motocicleta con vestido, zapatillas y de noche que hace frío? La respuesta es no, me vendrán a recoger, solo de dije eso a mis hermanos para que no supieran mi plan. Después de unos minutos llegué a la casa, la cual era ridículamente grande.

Un señor que estaba en la puerta me miro, me pidió una invitación.

—No tengo.

—¿Su apellido?

—Smith —me miro, asintió y me dejo pasar, tontos apellidos solo se dejan llevar por el dinero que tiene cada uno.

Regla 1: Verse bien es la clave para todo, si ellos ven que te vistes bien,  pensaran que tienes dinero y el dinero es la clave para todo.

Odiaba que eso tuviera tanta razón.

—Pero que tenemos aquí —me volteé confundida— De seguro eres Madelyn ¿no es así? —¿quién es este tipo?— Soy Oliver Hilton.

Rayos…

Yo Contra El Mundo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora