26. "Explicaciones II"

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Cuando escucho su voz mi cuerpo se tensiona completamente.

¿Que quiere?

Ya le deje claro que no quiero escuchar sus absurdas explicaciones, lo que él hizo no tiene justificación.
No se hiere a la persona que amas y él lo hizo, el me hirió.

Si lo hizo una vez, que me garantiza que no lo va a volver a hacer.

Pero así mismo como existe la posibilidad de que si le doy una segunda oportunidad haga lo mismo también está que si se la doy no lo vuelva a hacer y seamos felices juntos, sin rencores, sin exnovios molestos ni locas que quieran robar novios ajenos.

Me volteo en mi eje. Nuestros ojos conectan y jadeo de la sorpresa.

Su rostro tiene unas profundas ojeras y sus ojos están rojos, como si hubiera llorado, pero no es eso que llama mi atención, lo que llama mi atención es que su pómulo derecho tiene un moratón y su labio está roto.

Me acerco a él con pasos apresurados y me odio por preocuparme así por él.

El amor es más fuerte.

Por muy herida y desilusionada que esté de él no puedo evitar preocuparme por lo que allá pasado.

—¿Que te paso? —Mi voz refleja cuan nerviosa estoy. Llevo mi mano a su rostro y mis manos gozan al sentir su piel, solo hacen pocos días que no lo siento y se siente como si fueran años. Axel me mira lleno de ternura y una lágrima rueda por su mejilla.

—No paso nada, amor —Su voz suena afligida. De verdad me parte el alma verlo así —Tenemos que hablar.

Niego lentamente y retiro mi mano de su mejilla pero el la atrapa y la acuna dentro de sus cálidas manos.

—Por favor, nena... —Mis ojos se llenan de lágrimas. —Te juro que todo tiene una explicación, por favor.

Algún día tengo que enfrentarlo y mejor temprano que tarde.

Como dice mi abuelita: Al mal paso, darle prisa.

—Esta bien, habla. — sus ojos se iluminan haciendo que sus hermosos ojos verdes se vean más lindos aún.

Caminamos en silencio al parque que está cerca de mi casa y nos sentamos en el pasto.

Nos quedamos en silencio por varios minutos y yo comienzo a impacientarme, estoy nerviosa y la realidad es que tengo miedo de escuchar su verdad. Él toma una respiración profunda y empieza.

—Mi madre está en un psiquiátrico por matar a mi padre...

¡Bom!

—¿Qué? — Mi voz refleja sorpresa y estoy segura que mi cara expresa lo mismo.

—Por favor dejame terminar —Pide con cautela. Guardo todas las preguntas que quiero hacerle y dejo que continúe.

«Cuando mi madre tenía 18 años se embarazó de mi, mi padre lo acepto pero mis abuelos paternos no, no aceptaron que su único hijo se hiciera cargo de una chiquilla que no “llegaba” según mis abuelos a la altura de mi padre, mis abuelos maternos siempre la apoyaron, fue entonces cuando mi mamá tenia 6 meses de embarazo que decidió dejar todo atrás y venirse a Estados Unidos, lejos de todo, junto con mi padre. —Hace una pausa, creo que le cuesta hablar de todo esto y lo entiendo. — Toda mi niñez fue perfecta, el amor de mis padres, un hogar donde vivir, nunca me faltaba nada pero cuando cumplí 9 años las cosas fueron cambiando. Mi padre llegaba a altas horas de la noche tomado y aveces ni llegaba. Mi madre siempre vivía triste o angustiada. Muchas fueron las noches en las que no podía dormir porque ellos dos discutían, siempre le pregunte a mi madre que, que pasaba y nunca me dijo nada, yo, un estúpido niño de 9 años nunca entendí y no le ponía asunto. Una mañana, la de mi cumpleaños numero 10 para ser exactos mi padre se fue, nunca llego, y yo tan estúpido creí las excusas de mi madre. Paso un año entero y no lo vi, ya mi hogar no era un hogar sino una casa, ya no era feliz y mucho menos tenia el amor de mi padre aunque mi madre trataba de ocupar su lugar como madre y padre, no podía, trabajaba tanto por hacerme salir adelante que ya no tenia tiempo para mi. Un día mi padre llego, llego como si nada y fue hay cuando las cosas empeoraron...— Su voz se quiebra y aprieto su mano para que sepa que estoy aquí —, Mi mamá quedo embarazada de Aylin y él la golpeaba, la golpeaba y yo no podía hacer nada por que no sabia como defenderme o como defenderla a ella y a él no le importaba que ella estuviera embarazada. Pasaron tres meses y fueron los tres meses más dolorosos para mi y mi mamá y luego de la noche a la mañana él cambio, ya no se emborrachaba, tenia un trabajo fijo y ya no le pegaba a mamá y de verdad yo en mi inocencia creí que ya todo iba a hacer perfecto. Mamá sonreía y si ella lo hacia yo debía de hacerlo porque para mi significaba que ella estaba bien pero no lo estaba. Cuando mi hermanita nació hay fue cuando todo se desmorono, papá seguía golpeando y sobornado a mamá para que no dijera nada pero fue ese día, ese maldito día en el que todo sucedió — por sus mejillas corren lágrimas—, yo estaba mirando televisión y él llego, mi mama se encontraba arriba con la bebé, pero él no vino sólo detrás de él estaba un hombre con mal aspecto, él nunca me hubiera golpeado hasta ese día, me golpeaba el rostro y el cuerpo como si fuera un saco de boxeo, mis gritos hicieron que mi mamá salga de la habitación y bajo a mi rescate pero en ves de parar comenzó con ella mientras que el sujeto que vino detrás de él tenia una macabra sonrisa en su rostro, mi mamá como pudo se paro y corrió escaleras arriba pero mi padre la siguió y comenzaron a forcejear y a pelear hasta que él cayo escaleras abajo, yo solo estaba ahí medio inconsciente y medio consciente, instantáneamente murió porque recibió un gran golpe en la cabeza, mi mamá después de ahí no fue la misma ni yo tampoco, todas las noches después de eso tuve pesadillas y mi mamá no aguanto al punto que se desequilibro mentalmente y por eso está en un psiquiátrico, realmente ella no lo mato, pero su mente no entiende eso.

Axel termina de relatar y yo no se que decir. Eso es demasiado para un niño de 11 años incluso eso es demasiado para cualquier persona.

Siento en mi pecho una punzada de dolor.

Dolor por todo aquello que él tuvo que pasar y no tener a nadie en que sostenerse. Si todo es me hubiera pasado a mi no hubiera salido ilesa mentalmente de todo eso.

Él espera pacientemente mi respuesta y yo quito todo rastro de lágrimas que hay en sus mejillas y le sonrío dulcemente.

—Axel, lamento mucho que hayas pasado por eso, no te lo mereces — me mira muy atento a mi respuesta —, pero eso no tiene que ver con nada que me hayas engañado con ella.

—La besé por que ella sabe todo sobre mi pasado no se como pero lo sabe y me amenazo con que te lo diría, y yo... yo no quería que supieras cuan dañada esta mi familia, mi amor, por favor, no me dejes, te necesito.

Axel  me abraza y yo no hago más que corresponder, lo he extrañado tanto, lo amo tanto que duele. Recuesto mi cabeza en su pecho y él comienza a sobar mi pelo. Y ahí, ahí comienzo a llorar como Magdalena.

—Lo siento, lo siento tanto — dice en tono bajo — te juro que si me perdonas no voy a volver  hacerte daño jamás, pero por favor mi niña, perdoname, te lo suplico, sin ti no me siento vivo, te necesito amor. Ya no habrán más secretos, te prometo que te contare todo de mi pero te lo suplico perdoname.

Y ya está, me pueden llamar floja pero yo amo a este hombre y verlo sufrir me parte el alma.

Me quedo calla tratando de asimilar lo que me ha dicho y lo siento, siento esa paz que nos abraza al igual que esta fría brisa en invierno.

Se que faltan cosas por decir pero justo ahora, solo quiero esto: estar entre sus brazos.

—Te perdono, Axel.

No Soy Tuya ¿Entiendes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora