¡María del Infierno!

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En ese día, yo, Marianne Phull Reheath morí. Fue una muerte segura y definitiva. Esa guillotina cumplió su propósito y fallecí.
Ah, tan sólo recordarlo me hace sentir un poco mareada.

—Urrrrggh.

—¿¡Señorita!?

Mientras vomitaba, la manera en la que Nelly, mi sirvienta personal, entraba en pánico era algo cómica.
Y espera, que nostálgico. No creo haber visto a Nelly en un buen tiempo. Han sido cerca de diez años, ¿tal vez?

Cierto, diez años.

Fui ejecutada por traición a la nación. Cuando volví en mí misma, estaba vomitando en la casa en la que solía vivir hace diez años. No sé qué está pasando.

Esas guillotinas, sabes. Todo lo que hice fue filtrar unos pocos secretos nacionales a un país enemigo para poder vivir a mi manera, pero las leyes de esta nación de seguro son estrictas.

Cualquiera sea el caso, lo que está hecho, hecho está. No, supongo que aún importa.
Mirando cuidadosamente mis propias manos, tuve la sensación de que eran más pequeñas y suaves de lo que recordaba.
Lo que quiere decir, que justo como en un cuento de hadas, esto no era tan simple como ser enviada al pasado, mi cuerpo se revirtió diez años.

Podría esto ser un sueño... está mi vida pasando frente a mis ojos...

Es sólo que, bueno, aunque esto sea un sueño o la realidad, eso no cambia lo que haré de ahora en adelante.

—Señorita, ¿ya se siente mejor?
—Bastante. Gracias, Nelly.

Mi gratitud debió haber sido considerablemente inesperada ya que Nelly abrió sus ojos de par en par en sorpresa.
No, bueno, supongo que esa es la respuesta obvia. En resumen, por este tiempo, era una mocosa malcriada. Mi mal genio aún tiene que cambiar, pero en ese entonces, era una chica honesta quien no sabía cómo montar una fachada.

Según recuerdo, hice que Nelly renunciara en un capricho. Desde entonces, mis asistentes personales cambiaron varias veces. Aunque, mirando atrás, Nelly siempre fue la más hábil. No tengo ganas de despedirla esta vez, y creo que debería interpretar el papel de la niña buena por un tiempo para que no se escape.

—O... oh...

Por alguna razón, Nelly estaba temblando. O eso pensé cuando de repente se echó a llorar.

—¿Q-qué pasa, Nelly?
—Y pensar que llegaría el día en que la Señorita exhibiera un nivel humano de amabilidad... estoy... estoy tan feliz...

Oi, esta chica es súper grosera. ¿Qué crees que soy? Soy tu 'Señorita', ¿sabes? Estoy segura de que no me equivoqué al reconsiderar mi decisión de no despedirla.

Por ahora, esperé a que Nelly deje de llorar mientras pensaba en mis perspectivas futuras.

Dejando a un lado si este retroceso en el tiempo irregular es un sueño o una ilusión, hay algo que tengo que hacer.

Bien, a evitar la guillotina.

¿Por qué razón tendría que rehacer mi vida solo para morir de la misma forma de nuevo? Tengo conocimiento sobre el futuro en mis manos. Entonces, siempre que sepa la razón clara, evitar mi propia sentencia de muerte es una tarea simple. Incluso si acabo de vomitar.

—M-mis disculpas, Señorita. Simplemente me tomó por sorpresa...

—No, está bien Nelly. Todos tienen momentos en los que necesitan llorar.

—¡Waaaah, he aquí y mira, Señorita! ¡Tu amabilidad me ha puesto la piel de gallina!

Voy a dejarla en la calle uno de estos días.

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