Tsuna estaba en shock, sentía que cada extremidad temblaba, las ganas de vomitar iba aparecer en cualquier momento, miro de reojo la ventana.¿Saldría herido si saltaba desde el segundo nivel?
Por suerte nadie lo había visto, así que solo tenía que escabullirse entre todas las personas, ir a la cocina, dejar el pastel y las demás cosas y huir.
—¡Tsuna-kun! — llamo cierta pelinaranja moviendo su mano sonriendo
Kyoko se acercó hasta él sujetando su brazo, tembló ante las malas miradas de todos los chicos que estaban enamorados de la Idol de la escuela.
Apreciaba a Kyoko, pero en este momento quería que ella desapareciera.
¡Quería huir!
—¡K-Kyoko-chan, tengo que..! — balbuceo con pena y nerviosismo intentando salir por la puerta
En su intento de huida, choco contra la persona que quería evitar.
Reborn.
¿¡Cómo acabó todo así?!
Ah, ya recordaba, todo había empezado unos días antes.
• • •
Tsuna era un estudiante promedio, se esforzaba por mejorar sus calificaciones, castaño, orbes miel, estatura baja, era el más bajo de todo el salón.
Constantemente se tropezaba con sus propios pies o el aire, eso le había dado mala fama desde su niñez, fue el objetivo de las burlas hasta hoy en día, las cuales pararon un poco al tener como escudo a Takeshi, Hayato y el demente metrosexual de Mukuro.
Si, metrosexual.
Su rutina diaria consistía en levantarse temprano, darse un baño, ponerse el uniforme y desayunar solo, mientras su madre se iba al trabajo, salir de casa, encontrarse con sus amigos, evitar que Mukuro acosara sexualmente a quién pasará por la calle, y parar las peleas románticas de Hayato y Takeshi.
Era la misma rutina que se repetía siempre, incluso en su cumpleaños, no recibía ni una sola postal de su padre, tan solo una breve llamada de su abuelo.
Era triste, no tenía hermanos, su padre estaba ausente, su madre trabajaba todo el día.
Casi toda su familia, extrañamente, residía en Italia.
—¡Tsuna-san! — fue casi derribado en la entrada de la escuela por Haru
El castaño sonrió abrazándolo, parecía querer asfixiarlo, pero Hayato amablemente los separó.
—¡Ya déjalo en paz, maldito!
Ah, Hayato, no había día donde no insultara.
El contrario tan solo se cruzó de brazos indignado, era una costumbre que se encontrarán en la entrada, ya que Haru asistía a una escuela solo para chicos, debía pasar por ahí para llegar.
—Herbívoros...
La amenazante voz del líder del comité de disciplina asustó a la mayoría, Tsuna tan solo pudo sonreír con nerviosismo, mientras movía sus manos, como la peste, todos huyeron, pero el castaño se quedó aún ahí, parado, metió sus manos a la mochila sacando una bolsa de galletas con listón púrpura.
—Hibari-san, espero que esta vez sean de su agrado — comento entregándole en sus manos las bolsas, hizo una reverencia corriendo para no llegar tarde
Hibari era un chico silencioso, que amaba la tranquilidad y detestaba las multitudes, pero pese a ello, le gustaba el ambiente que el herbívoro conejo traía consigo, además de las galletas y los postres ofrecidos como símbolo de su extraña amistad.
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"Regalo especial"
FanfictionTsuna no sabía porque en ese momento estaba en la fiesta de cumpleaños de su crush, se suponía que iba a quedarse en su casa viendo la telenovela que Haru le recomendó.